El difícil puzzle del conflicto con Messi

Laporta habló sobre Leo Messi

Laporta habló sobre Leo Messi / FC Barcelona

David Bernabeu

David Bernabeu

Os confieso una cosa: conozco un puñado de socios del Barça que, sin pensárselo, sitúan por defecto a Leo Messi en su árbol genealógico. Es decir, sostienen que tras el nacimiento de sus hijos o el día de su boda, nada les aportó mayor felicidad que el crack argentino. Vaya, que es casi lo mejor que les ocurrió en sus vidas. Amor y dolor, a partes iguales. Amor por lo que hizo en el campo. Dolor por un final para el que nadie se preparó.

Quién ama este juego y ha vivido desde la línea de flotación la inmensa carrera del genio en el Camp Nou entiende ese sentimiento. O incluso, lo comparte. Por aquí pasaron los mejores, pero ninguno como Messi. Nadie con su impacto en el museo del club. Eso sí, tampoco ningún otro lugar como el Barça y Catalunya para acogerle. Para Leo y para quienes han vivido a su sombra, esta casa y esta tierra fueron milagrosas. Providenciales. Para desarrollar el talento del astro y para mejorar el estatus económico y social de los Messi.

Por eso, cuando una pieza de ese entorno, por menos conocimiento y preparación que destile, trata con tanta frivolidad al club que sufragó el crecimiento de su hermano y nueve contratos de su carrera, el barcelonismo se hiere y le señala. Aunque luego se retracte en un comunicado surrealista que se comenta solo. Leo todavía no ha renovado pero no parece, a priori, que vaya a volver. Se marchó entre lágrimas y firmó por el PSG, enemigo azulgrana. El Barça debe aprender a andar sin él. Y lo está haciendo, de la mano de Xavi.

Pero si hay que sentar las bases para que esto termine cómo debería - reconocimiento a Leo -, las partes deben centrarse. Laporta, admitiendo que fracasó alimentando una renovación virtual. Y Messi, aparcando su enfado. El Barça no es su presidente. Es su gente. Esa que, por ejemplo, tanto le consoló cuando en su país le humillaban por no ganar. A ella se debe Messi. No a Laporta.