Un club con mal de ojo

Samuel Umtiti no estará ni en el banquillo ante el Real Madrid

Samuel Umtiti no estará ni en el banquillo ante el Real Madrid / AFP

Carles Sans

Carles Sans

Todo el mundo sabe lo que es el vudú, pero, afortunadamente, casi nadie lo practica. Se trata de un ritual animista basado en confeccionar un muñeco a imagen y semejanza de alguien y desearle augurios generalmente nocivos. Digo esto porque cuando una o varias personas tienen una dilatada racha de sucesos negativos, uno empieza a pensar que no se trata de casualidad o mala suerte, sino que hay alguien que a través de sortilegios y maleficios se ha empeñado en perjudicar a esa o a esas personas. Bien, quien dice personas, dice entidades enteras. Después de la última desgracia del F.C. Barcelona con la rotura de un dedo del pie de Umtiti, después de renovarle dos años, a regañadientes y forzados por la premura de dar el alta a Ferran Torres, ahora va y se nos lesiona, mínimo para tres meses. Esto no puede ser una casualidad. 

Si unimos esta circunstancia a las continuadas lesiones que asolan la plantilla, he llegado a la conclusión que un hechicero, o peor, un grupo de hechiceros están trabajando a manos llenas desde hace tiempo en contra del club. ¿A cuenta de quién? Eso ya no me atrevo a aventurarme. Me imagino a un grupo de brujos y nigromantes trabajando a destajo y entretenidos en manualidades tales como las de confeccionar veintitantos muñecos de diversos colores y formas, cada uno con la fisonomía de un jugador de la plantilla. Luego, una vez acabados los trabajos manuales, pasan a la sección de clavar agujas en el miembro que interesa perjudicar del muñequito. En el caso de Umtiti se fueron a por el dedo de un pie. Uno de los más codiciados a la hora de pinchar ha sido Dembélé, un jugador que ha ido recayendo de una lesión a otra. También Ansu Fati ha sido víctima recurrente de esos siniestros personajes; luego han pasado por la aguja Braithwaite, Pedri, Sergi Roberto, el ‘Kun’ Agüero, con muy mala baba, y Piqué varias veces. Pero no se preocupen: al parecer existe un método por el que combatir estos terribles encantamientos: llevar ciertos amuletos. 

Yo propongo uno tallado con la cara del expresidente Bartomeu, que hoy representa a la persona de la que todo el mundo huye, y a ver si conseguimos con ese amuleto ahuyentar también tanto encantamiento y poder cambiar la suerte de un club con tan mal de ojo.