Doble drama en San Mamés

Pedri forzó la prórroga, pero el Barça cayó eliminado

Pedri forzó la prórroga, pero el Barça cayó eliminado / JAVI FERRANDIZ

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

ESTE BARÇA QUE ESTÁ CONSTRUYENDO XAVI NECESITA VICTORIAS. Es un proyecto a medio y largo plazo que tiene como objetivo recuperar el estilo para volver a conquistar títulos. El modelo es irrenunciable porque se considera el camino más corto para que el equipo sea, otra vez, campeón. Por el camino han quedado la Champions (eliminados en la fase de grupos), la Liga (la meta ahora es quedar entre los cuatro primeros) y ahora también la Copa. La Europa League es el único bálsamo al que puede agarrarse este Barça al que le está costando mucho, muchísimo, salir de la triple crisis deportiva, económica e institucional en la que estaba hundido.

La derrota de anoche ante el Athletic es, además, doblemente dolorosa. Porque no solo se perdió la oportunidad de seguir adelante en la competición, sino porque también se perdió, nuevamente, a Ansu Fati, que volvió a lesionarse pocos minutos después de saltar al campo. El canterano se retiró a los vestuarios entre lágrimas de desesperación e impotencia. El físico le está pasando una terrible factura al talentoso delantero blaugrana. Veremos cuántos partidos se pierde en esta ocasión. Pero el golpe moral es dramático. Tan dramático como la situación de un Barça que lo intenta, que pelea, que lucha... pero que no muestra los recursos necesarios para lograr esos triunfos imprescindibles. La buena imagen ofrecida ante el Madrid se esfumó en San Mamés. Habrá que tener mucha paciencia. No podemos caer en la tentación de caer en el desánimo. Nadie. Porque sería lo peor que le podría pasar a este Barça.

GUERRA TOTAL. El Barça ha cumplido su amenaza y Dembélé no vestirá nunca más la camiseta blaugrana. Xavi se ha alineado con los intereses del club y ha apartado al delantero francés, que ayer ya quedó fuera de la convocatoria para el partido de Copa ante el Athletic. El Barça se ha hartado del doble juego de Dembélé y de su agente, Moussa Sissoko, después de meses de negociaciones infructuosas. Y ha dicho basta. El lamentable rendimiento y el escaso compromiso del futbolista en sus cinco temporadas en el Camp Nou no justifican, de ninguna manera, las desmesuradas e inasumibles exigencias de su agente para renovar. Hubiera sido absurdo e injusto pagarle lo que no se merece. Así que, punto y final al culebrón. Ahora, el francés (que quiso defenderse con un comunicado absurdo y a destiempo) tiene 10 días para buscarse equipo. Muchas gracias por nada y hasta nunca…