Opinión

La cátedra de otro imberbe que altera el orden

Pau Cubarsí durante un partido del FC Barcelona

Pau Cubarsí durante un partido del FC Barcelona / Ricardo Larreina / AFP7 / Europa Press

Para medir el impacto de un joven de la Masia en el corazón del fútbol español, no hay mayor termómetro que el recelo que suscita, en los mentideros de la llamada caverna mediática, su convocatoria en la selección. El modus operandi es cansino: “con quién ha empatado éste... lleva dos ratos en primera... le quiero ver contra Mbappé... le traen porque es del Barça...” Y así gira el circo. Pasó con Gavi y está pasando con Pau Cubarsí, un extraterrestre de 17 años y 57 días.

Media España vive ya soñando con que Pau meta la pata, fallando uno de sus estratosféricos pases, pierda un balón fácil o ceda un duelo. Se imponen, de entrada, dos respuesta sencillas a quienes siguen instalados en el sinsentido de seguir reclamando a Nacho y embadurnar todo lo que huela a azulgrana. Una, si van a “La Roja” es porque son muy buenos y el Barça los pone. Y dos, son titulares imberbes que tiran del carro de un club grandioso, no suplentes en sus equipos.

Cubarsí es una aparición antológica, de un calado sin techo ahora mismo, cuya influencia en el equipo es absolutamente estructural, más allá de la admiración individual que le profesamos por cómo ejecuta sus acciones. En el nido de su carrera, domina todos los escenarios. Ha dimensionado la salida, con latigazos que ganan dos o tres líneas, lee al rival para decidir, contemporiza en los duelos hasta aplicar el bisturí, cuida la posición en los achiques y tiene algo que, en un central, es como el gol. Lo tienes o no lo tienes: la jerarquía. Los veteranos le buscan, se la dan, la pisa y para el tiempo. Es alucinante. Lo último es que Mbappé le va a retratar. Viendo lo que estamos viendo, ¿alguien garantiza que la “Tortuga” salga indemne de Montjuic? Cuidadito.