El Benito Villamarín, a la altura del arte de Messi

Messi lo celebró en tres ocasiones en el Villamarín

Messi lo celebró en tres ocasiones en el Villamarín / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Cuando todos creíamos que en el fútbol ya estaba todo inventado, Messi se sacó una vaselina imposible al primer toque que puso el 1 a 4 en el marcador, pero que fue en realidad la rúbrica final y perfecta a otro campeonato de Liga. El Villamarín, consciente de lo que acababa de ver, se puso en pie y coreó el nombre de “Messi” como si fuera el mismísimo público del Camp Nou. El gesto emocionante y deportivo de la afición bética, a la altura del gol que dará la vuelta al mundo, resume lo que ha logrado el mejor jugador de la historia: que sus rivales se rindan al arte con el que hace más de una década que pinta sus maravillosos goles.

Si el fútbol fuera como el ajedrez, LaLiga se cerraría hoy mismo, nos iríamos todos de vacaciones y la votación del Balón de Oro ni siquiera se celebraría, porque lo cierto es que los partidos que quedan son ya una mera rutina a la espera de que el mejor equipo y el mejor jugador ganen matemáticamente lo que ya hace muchas semanas que han conquistado moralmente.Y es que la distancia entre Messi y el resto de rivales es la misma que hay entre el Barça y el resto de equipos, en una hegemonía brutal y sin precedentes: el equipo está a punto de lograr conquistar la octava liga de las últimas once, un dominio avasallador que explica mejor que cualquier otro dato la influencia de Messi y de toda su generación sobre el fútbol español y mundial. Lo cierto es que, hundido el Real Madrid y sin Cristiano, Messi campa a sus anchas, sin antagonista posible, sin ningún tipo de competencia, y aún así es capaz de lograr números de extraterrestre. Lo más inverosímil de todo es que ni él ni el Barça dan ningún síntoma de flojear. La época dorada del Barça está muy lejos de cerrarse.

VALVERDE HACE COMPATIBLES LAS DOS ALMAS DEL BARÇA

Ayer Arturo Vidal jugó el que quizás ha sido su mejor partido como blaugrana, y lo mejor es que su exhibición de esfuerzo, recuperaciones y lucha llegó en un partido en el que también brilló Arthur, impecable en la creación y distribución del juego. Al principio de la temporada era siempre Arthur “o” Arturo: cuando entraba uno salía otro, a pesar de tener estilos radicalmente distintos. Valverde ha logrado al fin casarlos, y ahora ya podemos hablar de Arthur “y” Arturo. El entrenador blaugrana ha logrado que convivan las dos almas del Barça. Bravo.

QUE TER STEGEN JUEGUE UN DÍA DE LÍBERO

Cualquier recital de Messi  tapa inevitablemente cualquier otro aspecto del juego. En medio del vendaval de Leo, hubo una actuación portentosa e inolvidable de Ter Stegen, pero esta vez… !con los pies! El portero alemán lanzó media docena de contraataques con pases de más de cincuenta metros al pie de Jordi Alba o de Suárez, y ejemplificó que el Barça es, desde Cruyff, el único equipo que empieza a jugar desde los pies del portero. De la misma forma que vemos a Piqué luciéndose de ‘9’, un día deberíamos ver a Ter Stegen jugando de líbero. Sería un gran espectáculo.