El Barça vuelve a la Liga en plena ebullición

Koeman, serio siguiendo el partido en el Johan Cruyff

Koeman, serio siguiendo el partido en el Johan Cruyff / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Han pasado 44 días desde la humillante derrota por 2-8 ante el Bayern en la Champions. Ese fatídico 14 de agosto, estalló en el Barça una crisis sin precedentes que todavía no se ha cerrado. El club blaugrana explotó en mil pedazos y en este mes y medio ha sucedido absolutamente de todo. Y casi todo malo: cambio de entrenador (destitución de Quique Setién y fichaje de Koeman), anuncio de adelanto electoral (20 y 21 de marzo de 2021), amenaza de Messi (afortunadamente frustrada) de abandonar el club, puesta en marcha de una moción de censura contra Bartomeu (con gran éxito de recogida de firmas: 20.687) y salida traumática de Luis Suárez, con ‘rajada’ de sus compañeros y ex compañeros contra el presidente. Y con este terrorífico panorama, en plena ebullición, afronta el Barça el arranque de la Liga esta noche ante el Villarreal en un Camp Nou vacío por la pandemia. No son sin duda, las mejores circunstancias para iniciar un nuevo proyecto y, mucho menos, para pensar que ese proyecto puede llegar a ser triunfal.

El barcelonismo anda muy desanimado, a la espera de que el fútbol pueda devolverle la sonrisa perdida hace ya demasiado tiempo. Cosa harto difícil teniendo en cuenta que el equipo que saltará hoy al césped será casi el mismo que fue masacrado hace seis semanas por los alemanes en Lisboa. No han llegado los fichajes esperados (solo el veterano Pjanic y los jovencísimos Trincao y Pedri) y la revolución prometida por Bartomeu se ha centrado en rebajar masa salarial con las salidas de Arturo Vidal, Rakitic y el mencionado Suárez. Aparte del ‘sospechoso’ traspaso de Semedo al Wolverhampton. Con estos mimbres, Koeman debe construir un ‘once’ que aspire a ganarlo todo. Misión casi imposible. Aunque hoy veremos de lo que ha sido capaz en este mes y medio de auténtica locura. Pero nuestros ojos, como siempre, estarán posados en Messi. Confiamos, una vez más, en la magia del mejor jugador de la historia. Es lo que nos queda...