El Barça sucumbió en un ambiente antológico

El Barça perdió en Kaunas ante el Zalgiris

El Barça perdió en Kaunas ante el Zalgiris / @bczalgiris

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

COSTÓ MUCHO ARRANCAR

No sé si el factor ambiental influyó mucho. La guerra en Ucrania y el aniversario de independencia de Lituania eran presentes en todo momento. Lo cierto es que el Barça hizo un inicio de partido muy desangelado, falto de agresividad y hasta de motivación.

Encontró, eso sí, canastas desde el triple en el primer cuarto que suplieron la ineficacia que mostró cerca del aro. No supieron los blaugranas aprovechar el monumental colapso ofensivo del Zalgiris, no anotó hasta el minuto seis, aunque defensivamente los lituanos empezaron a mostrar su contundencia obligando a los de Saras a perder 8 balones hasta el descanso.

No mejoró el Barça en el segundo periodo. Los tiros exteriores ahora no entraban, y bajo canasta no eran capaces de superar una telaraña de manos y contactos de sus rivales que no les dejaban ni respirar. Cabe decir, que tanto Sanli como Davies sumaron dos faltas, y el equipo jugó muchos minutos sin un cinco puro.

No hubo ningún jugador blaugrana que se acercara a su nivel habitual de juego. Era un Barça desactivado incapaz de mandar en la pista y que, en muchas ocasiones, se movía al ritmo de los lituanos. La pareja Lauvergne-Lekavicius era una pequeña pesadilla.

El Zalgiris llevó el partido en los primeros veinte minutos al escenario que le interesaba. Dureza, pocos puntos y escaso ritmo, dominio del rebote y conexión con un público entregado. Suerte que en los últimos compases apareció Mirotic que dio un respiro al equipo cuando más se le necesitaba.

EL ORGULLO DE ULANOVAS

El tercer cuarto fue blaugrana. De hecho, fue de Mirotic. El Barça logró cambiar el ritmo de juego y le endosó al Zalgiris 28 puntos. Enorme la actuación del montenegrino que hizo soñar a los suyos. Un espejismo.

En el definitivo periodo, los lituanos le devolvieron el correctivo, sumaron 33 puntos, y borraron de la pista a los blaugranas. Una defensa de muchos contactos hizo perder muchas posesiones a los de Saras.

Entre todos los anfitriones, emergió la figura de un Ulanovas imparable que se erigió en el líder de su equipo. Transmitió orgullo, fuerza, ambición y lucha sin concesiones.

No puede pretender el Barça ganar en Kaunas perdiendo 22 balones y recuperando tan sólo 1. Tampoco si su juego interior suma 4 puntos, si no contamos los 26 de Mirotic. Los pívots blaugranas-Davis, Sanli y Smits- fueron superados con claridad, y la imagen de los dos mates finales de Nebo fueron un claro ejemplo.

El arbitraje también cabe mencionarlo. Señalaron 25 faltas al Zalgiris y 33 al Barça. Algunas, pocas, en la presión final. Y los lituanos lanzaron 41 tiros libres por 23 los blaugranas. Y, sin duda, si algún equipo defendió al límite, fue el lituano.

No obstante, el Zalgiris mereció la victoria. Creyó y buscó con mayor convicción el triunfo. No es una derrota preocupante, se mantiene líder, pero sí que debe servir para reflexionar.