La barbaridad de cambiar a Koeman

Koeman, en la tribuna del Camp Nou durante el partido ante el Atlético

Koeman, en la tribuna del Camp Nou durante el partido ante el Atlético / EFE

Jordi Gil

Jordi Gil

“Los problemas inventados son muchos más que los reales”. Esta frase recurrente de Juan Manuel Lillo, citando a su admirado escritor Jorge Luis Borges, se podría aplicar al FC Barcelona en caso de que realmente se pueda llegar a plantear un relevo en el banquillo. En una temporada en la que solo se ha encontrado zancadillas, Ronald Koeman ha conseguido una estabilidad deportiva inaudita. El Barça ha ganado un título, la Copa del Rey, y ha llegado vivo al sprint final de Liga. El gran lunar estuvo en la Champions League, pero esta competición era palabra mayores para el actual Barça

Koeman es el técnico ideal para seguir dando confianza a los jóvenes que gracias a su apuesta se están consagrando. Pedri, Mingueza, Araujo, Ilaix Moriba y la próxima temporada subirán nuevos como pueden ser Nico González o Alejandro Balde. Solo por creer en La Masia y demostrar que se puede construir un equipo con mimbres de la cantera, merece seguir. A ello habrá que añadir una planificación mejor organizada que la del el año pasado.

Realismo

Frente al Atlético se acusó al entrenador del Barça de conservador, pero quizá planteó el partido de la única manera posible para ganarlo. El alegre once frente al PSGse llevó un 1-4 en el Camp Nou que no cayó en saco roto. Este Barça debía forjarse a partir de una mayor seguridad defensiva y poco a poco ir creciendo. ¿Las valoraciones del duelo ante los de Simeone serían las mismas si Dembélé marca la ocasión clarísima en el 86’? Seguro que no. Se hablaría del oficio del equipo y cómo supo madurar el juego hasta llegar al gol. Y la mayoría que hoy ponen en duda a Koeman estarían subidos al carro del holandés.