La banca blaugrana siempre gana

La junta directiva del Barça, durante su visita a la oficina de Nueva York

La junta directiva del Barça, durante su visita a la oficina de Nueva York / sport

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El socio del Barça dejó hace mucho tiempo de ser dueño del club. Vota cada seis años y, con su voto, cede todo el poder de decisión a quienes mandan. Sus estatutos hablan de una “asociación deportiva catalana de naturaleza privada, de personas físicas, sin ánimo de lucro”.

El papel lo aguanta todo, incluso llamar democracia (gobierno del pueblo) a un sistema dominado por el capital. El Barça es una empresa y sus socios son solo una parte, cada vez menor, de la cartera de clientes que compran su producto, que nada tiene que ver con el fútbol. Las empresas son estructuras creadas para ganar dinero, objetivo último y definitivo.

BMW vende coches para aumentar su cuenta de explotación de la misma manera que el Barça vende partidos con la misma finalidad. La empresa alemana envuelve de emociones sus automóviles, el Barça lo hace de valores y solidaridad. Todo una gran mentira, una bomba de humo para despistar y seguir contando billetes. El Barça planifica primero cómo obtener más ingresos del Seient Lliure y, luego, fabrica un relato con el que esconder sus intenciones. Decir que “el objetivo es que los abonados vayan al Camp Nou” es incompatible con usar sus abonos para obtener beneficios.

Si buscasen acercar al socio, el Seient Lliure ya no existiría, pero lo quieren todo: si libera, gana el club; si no libera, gana el club porque el socio paga toda la cuota; si acude a la reventa, adiós al abono y gana el club. La banca siempre gana.