Arte contemporáneo en el Camp Nou

Arana, entre Rakitic y Messi, marcó el 4-1

Arana, entre Rakitic y Messi, marcó el 4-1 / AFP

Xavier Sardà

Xavier Sardà

Partidazo, recital y felicidad quizá inesperada. El Barça gusto y se gustó. Para que el público lo pase bien, hay que disfrutar en el escenario, en la tele y, sobre todo, en el campo. Alguien dijo que el doctor Alegría y el doctor Tranquilidad son los mejores médicos del mundo.

Carlos.- ¿Te dije que remontaríamos, o  no?... no me despistes… ¿te lo dije? 

Josep.- Si, pero esto no es remontar, esto es subirse al Everest. Esto es el no va más. Un recital…

Carlos.- Hombre de poca fe. El Camp Nou se convirtió en un museo de arte contemporáneo. He dicho.

Josep.- Solo falto que marcase el masajista, tú.  Me he despertado y me parecía que todo era un sueño… Seis goles como seis soles. Un Barça excelentísimo e intratable. He dicho. La portería del Sevilla parecía el Arco de Triunfo y el Barça desfilando en plan Napoleón, he dicho.

Carlos.- Ya que nos estamos calentando te diré que el Barça fue  Picasso y el pobre Sevilla un lienzo. Lo digo tal como lo vi. Lo he dicho

Josep.- Y penaltis parados, tú… con el portero suplente…  “pasen y vean señores”. La maquinaria perfecta. El Sevilla, ya sin opciones, nos dejó espacios atrás y fue la debacle. He dicho.

Carlos.- Un partido tal que los pesimistas como Josep, no pueden quejarse de nada y pueden incluso entusiasmarse. He dicho.

Josep.- Un partido tan bueno, que demuestra que los pesimistas tenemos en muchas casos motivos para quejarnos. Siempre pensamos en partidos como el del miércoles y nos desanimamos cuando el Barça juega flojito. He dicho.

Carlos.- También hay que estar con el equipo cuando no juega tan bonito. El arte esta también en partidos correosos, aburridos… incluso en alguna derrota. He dicho. 

Josep.- Estas derrotas artísticas te las comes tú, que ves arte hasta en las pintadas del wáter. Déjate de puñetas y dame goleadas y partidazos, que a mi edad es lo que me ha recomendado el médico. He dicho. Remontada en dos minutos de fábula.

Carlos.-  Pues ya estamos en el bombo de semifinales. Parecía que la Copa la dejábamos aparcada y, al final, más cerca que nunca. Insisto humildemente que la semana pasada te dije que remontaríamos y tú no me hiciste ni caso. ¡Qué solo me siento con tanto conocimiento técnico y tanta capacidad de ver el futuro!… He dicho.

Josep.- Vale Aramis Fuster, descansa un rato que estas muy pesadito. Por cierto, que el sábado viene el Valencia y hay que estar al quite. Luego vamos a Bilbao y Champions… no nos despistemos. ¡Ojito¡

Carlos.- Vaya, que poco dura la alegría en casa del pobre de espíritu. Ya empiezas a estar cagadito otra vez. Disfruta del partidazo… vamos por partes. 

Josep.- Es que no hay peor enemigo que la confianza. Ahora, después de este partidazo se pueden confiar y … ¡patapam!

Carlos.- Vaya, yo pensaba que la confianza es un buen sentimiento para seguir ganando partidos, pero veo que tú ya vislumbras la catástrofe a la vuelta de la esquina. 

Josep.- No te confíes nunca.