El año que conocimos a Neymar

Decepción para Neymar al irse a casa en cuartos

Decepción para Neymar al irse a casa en cuartos / AFP

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Un año después de que Neymar decidiera fugarse del Barça a traición y a cláusula armada, Brasil ha sido eliminada del Mundial en cuartos de final y a Ney se le ha desmontado todo el plan que había urdido para conquistar el Balón de Oro y erigirse en la nueva estrella del firmamento futbolístico. Un año después, Neymar está peor de donde estaba, no ha crecido a pesar de haberse independizado de Messi, al que su entorno hizo creer que era el yugo que impedía su progresión individual. Gana más dinero, sí, que también se fue por eso y puede que exclusivamente por eso, y a lo mejor con eso ya le basta para ser feliz, pero futbolísticamente hablando, sale del Campeonato del Mundo derrotado y como percha del cachondeo mundial, carne de memes por sus caídas teatreras y sus piscinazos indecentes. Sale más como piscinero que como futbolero, una pena.

CRASO ERROR. No es solo el Mundial, en realidad ha sido toda la temporada, el año que conocimos realmente a Neymar. Una cosa sí hay que reconocerle: en el Barça supo estar cuatro años a la sombra de Messi, pero llegó un momento en que salió el verdadero Neymar, el que ya no soportaba ser número dos, el que su padre, sus toiss, eso amigos que el Barça toleró y el PSG puso a sueldo, y su ego se desbordaron peligrosamente. Neymar decidió que ya no tenía nada más que aprender de Messi y decidió volar en solitario. Craso error. Adulado ya como estrella en el PSG, lo primero que hizo fue enfrentarse a Cavani y demostrar que no estaba preparado para ejercer de líder. Luego, indignó a los aficionados franceses con sus caprichos, sus fiestas de cumpleaños y sus salidas nocturnas. Y cuando se lesionó, se quedó en Brasil porque lo que pasaba en Francia ya no le interesaba y así podía seguir flirteando con el Madrid lejos del control de los dirigentes parisinos. Si este es el auténtico Neymar, mejor que se marchara del Camp Nou. Aquí nadie le ha echado de menos.