Alguien se lo está pasando muy bien a costa del Barça

Reunión de la Junta Directiva del Barça en la Store de Las Ramblas

Reunión de la Junta Directiva del Barça en la Store de Las Ramblas / David Bernabeu

Toni Frieros

Toni Frieros

El gran drama del FC Barcelona es que todo el prestigio que ha sabido ganarse por méritos propios en los terrenos de juego a lo largo de los años, principalmente desde el Dream Team hasta la era post Pep Guardiola, se ha perdido en los despachos por decisiones y comportamientos que difícilmente tienen explicación. 

La marca ‘Barça’ es la que sale herida, porque quienes le han infligido ese mal, o ya no están en el club o se irán el día de mañana. Y el daño reputacional es muy difícil de sacárselo de encima. Es como un olor fétido que queda impregnado en las terminaciones nerviosas de la nariz.

No le ha hecho falta al club que sus enemigos salieran de sus trincheras, porque aquí, en Arístides Maillol, se han pegado muchos, muchos tiros en el pie. Se ha espiado a empleados, a vicepresidentes, se ha ido a Uzbekistán, se han puestos acciones de responsabilidad, se ha perseguido a ex directivos con el tema de los avales, se ha gastado el dinero a espuertas, se han troceado facturas y se han tomado decisiones para beneficio de unos terceros y no de la entidad. Han pasado tantas, tantas cosas en los últimos años que es un verdadero milagro que el club siga vivo y el primer equipo ganara títulos. Aquellos ‘ismos’ han traído estos lodos.

Sin embargo, dicho esto, soy muy mal pensado. Ahí fuera hay mucha gente, poderosa, y estamentos, también poderosos, que quieren el mal del FC Barcelona. Hundirlo y humillarlo. Lo vimos en la famosa querella por el fichaje de Neymar. Fue llegar a la Audiencia Nacional los contratos del fichaje y a los dos días ya se había filtrado al medio o periodista amigo. Lo que pretendía ser un ataque a la gestión de Rosell acabó con todo el aparato de la Agencia Tributaria (desde Madrid) en contra del FCBarcelona, condenado por delito fiscal. Un daño colateral más grande que la propia intención del denunciante.

Exactamente igual ha pasado con el Barçagate. Hay una investigación abierta y quienes deberían garantizar una instrucción justa e imparcial para no causar indefensión, han consentido (¿y participado?) la filtración de todos los documentos, hasta el punto de salir a colación conversaciones privadas que no tenían nada que ver con el caso. ¿Quién lo filtró? ¿Con qué intencionalidad?

El furibundo ataque que está sufriendo el FC Barcelona por el ‘caso Negreira’ nace de una filtración interesada. Algunos pensarían que era una gran oportunidad para darle la estocada a Bartomeu, pero como pasó en el caso Neymar, se les ha ido a todos de la mano y los daños colaterales más graves aún están por llegar. Y creo que no se salvará ni Laporta. Ya lo han visto, nueva filtración de documentos, contratos, burofax... ¿Es así como la Agencia Tributaria, o el organismo que lo haya esparcido, respeta la privacidad de los ciudadanos? ¿Cómo se consiente que se filtre una declaración en Fiscalía? ¿Nadie pone el grito en el cielo?

Cuando hasta el presidente del Gobierno habla del tema y las televisiones dedican tantas horas, seguramente habrá que prepararse para lo peor. Si la Agencia Tributaria decide tirar por lo penal, y hubiera sentencia condenatoria, no me extrañaría un pelo que el propio Gobierno, para salvaguardar la reputación del fútbol español y bla, bla, bla, se atreviera a modificar la Ley del Deporte y obligara a los clubs que no son Sociedad Anónima a serlo. El FC Barcelona, como el Real Madrid, ya no sería de sus socios y acabaría en manos privadas. ¿Loco? La mano que mece la cuna...