Abel Ruiz, la espina clavada de La Masia

La cantera, y todos los que forman parte de ella, tienen una espina clavada: no haber podido aportar al primer equipo un delantero centro con la continuidad necesaria para triunfar en el Camp Nou. Es imposible que la culpa sea de quienes trabajan desde hace años picando piedra para que así sea: ojeadores, directores de fútbol base varios, técnicos…

Ha habido futbolistas a los que, si se les hubiera dado la oportunidad, podrían haber demostrado que estaban preparados para ella. El último fue Bojan Krkic, un talento único para el gol, máximo anotador de la historia del fútbol base, en el que Frank Rijkaard confió. El de Linyola devolvió la confianza con 41 goles en cuatro temporadas que inició con 17 años y finalizó con 21, hasta que Guardiola, aún no se sabe exactamente por qué, decidió que Afellay debía ser el último cambio en la final de la Champions de 2011 ante el Manchester United, pese a que había prometido a Bojan, estirado en una camilla por lesión y con Puyol de testigo, que si llegaba acabaría jugando. Entró Afellay y Bojan se fue a la Roma. Ahora el Barça tiene una nueva oportunidad con un chico de Almusafes llamado Abel Ruiz, un delantero centro compendio de todo lo que debe tener un ‘nueve’: bien de cabeza, con la derecha, con la zurda, jugando de espaldas, con espacios y, sobre todo, con gol. Mucho gol. Es el máximo goleador de la historia del Europeo sub-17 y de la selección española sub-17. Si no triunfa en el Barça no será culpa suya, sino de un club que prefiere pagar a apostar.