'Súper-Marco' Odermatt se cobró en Wengen su única cuenta pendiente

El suizo se impuso por ocho décimas a Kilde, con Sarrazin segundo

Kilde: “Odermatt arriesga mucho y no comete errores

Odermatt, durante el descenso en Wengen

Odermatt, durante el descenso en Wengen / EFE

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A los 26 años, el suizo Marco Odermatt ya ha ganado hace tiempo todo lo que se puede ganar en el esquí alpino. Pero el nuevo gran dominador del deporte rey invernal tenía una cuenta pendiente. Le faltaba anotarse un descenso de la Copa del Mundo. Y eso es algo que consiguió este jueves. En el de Wengen. Ante su afición. A los pies del Lauberhorn. En una de las más bellas pistas del circuito.

Antes de este jueves, Odermatt contaba 29 victorias en la Copa del Mundo: 18 en gigante -disciplina en la que es campeón olímpico y mundial, además de haber ganado las últimas dos Bolas de Cristal- y 11 en supergigante. Pero en descenso, modalidad en la que, curiosamente, el año pasado ganó el oro en los Mundiales de Courchevel y Méribel (Francia) y en la que había subido once veces al podio en la competición de la regularidad, nunca había pisado el escalón más alto.

'Odi' había rozado la victoria varias veces. La última de ellas en el descenso de Bormio (Italia), donde, por nueve centésimas, le arrebató la victoria, el pasado 28 de diciembre, el francés Cyprien Sarrazin, segundo este jueves en la bella estación del Oberland bernés. Esta vez no dejó escapar una nueva oportunidad; y en la recortada pista del Lauberhorn, de 2.950 metros -con salida a 2.050 metros de altitud y un desnivel de 738- se exhibió en un descenso que entró en el calendario en sustitución del suspendido en Beaver Creek (EEUU) a principios de diciembre.

El pasado sábado, Odermatt había ganado, asimismo ante su público, el gigante de Adelboden, junto al de Alta Badia (Italia) -que también ganó, dos veces, esta temporada- 'el' gigante por excelencia. Y este jueves, al anotarse el descenso de Wengen, confirmó que, tras la retirada del tenista Roger Federer, se ha convertido en el gran ídolo deportivo de la Confederación Helvética.

Salió con el dorsal 8 y le colocó ocho décimas al noruego Aleksander Aamodt Kilde, que había salido dos puestos antes que él. Y ahí se acabó una carrera en la que el que más se le acercó fue Sarrazin; que se quedó a casi seis décimas y relegó al tercer puesto al nórdico.

Trigésima victoria y podio número 60 en Copa del Mundo. Odermatt se re-confirmó como el nuevo rey del esquí. A los 26. Ante la virgen, el monje y el ogro.

'Súper-Marco' podrá prolongar su racha de aquí al sábado en la espectacular estación que 'presiden' los picos Jungfrau ('Virgen', de 4.158 metros), Mönch ('Monje', de 4.110) y Eiger ('Ogro', de 3.967).

Este viernes se disputa un supergigante; y un día después el descenso 'oficial' -en la pista entera, la más larga del calendario, de más de cuatro kilómetros- de Wengen. Donde el domingo está previsto una prueba eslalon, disciplina en la que él no compite y en la que buscarán puntos para España el barcelonés Quim Salarich y el vizcaíno Juan del Campo.

"Es increíble, naturalmente, que al fin lo haya conseguido, en mi carrera de casa, que quería ganar a cualquier precio", comentó Odermatt después de ganar su primer descenso en la Copa del Mundo. "Las últimas semanas ya notaba que realmente no quedaba mucho para que llegase este momento. Por eso hoy arriesgué a tope, porque quería ganar como fuese", añadió.

Odermatt ya había anunciado sus intenciones, precisamente en Wengen, hace dos años; cuando, en tres jornadas, ganó el 'super' y fue segundo y cuarto en los dos descensos en el camino hacia su primera gran Bola de Cristal. Esta vez puede mejorar esos registros ante su afición. Y, de momento, lidera todo las clasificaciones en las que participa. Es primero en la Copa del Mundo de descenso, en la de supergigante y en la de gigante. Y comanda la general con 836 puntos, 372 más que el austriaco Marco Schwarz, que, lesionado, no volverá a a competir este curso. Kilde es tercero en la relación principal, con menos de la mitad de puntos que el suizo (380).

Nadie duda de que, salvo auténtica hecatombe, esta temporada ganará -por tercera vez seguida- la Copa del Mundo, una competición en la que la temporada pasada batió el récord de puntuación de un histórico, el austriaco Hermann Maier. El mítico 'Herminator', que en el año 2000 logró el segundo de sus cuatro grandes Globos de Cristal con un total de 2.000 puntos. Odermatt mejoró esa marca en 42 unidades el curso pasado.

El suizo se salió del mapa en los Mundiales junior de Davos, en su país, de 2016. Ganó, en aquella ocasión, cinco oros: en descenso, supergigante, gigante, combinada y por equipo. Y no mucho después el genial Pirmin Zurbriggen, de momento el mejor esquiador suizo de todos los tiempos y cuatro veces ganador de la Copa del Mundo, lo señaló como su sucesor.

Palabra de Pirmin. Y Zurbriggen no se equivocaba.

Si le respetan las lesiones, Odermatt igualará -o incluso mejorará- los cuatro triunfos finales de Zurbriggen. Y tanto Kilde, vencedor la temporada 2019-20, como el francés Alexis Pinturault, que capturó el gran Globo de Cristal una temporada después, hicieron muy bien en apresurarse en hacerlo. Aprovechando el paréntesis desde que el plusmarquista absoluto, el austriaco Marcel Hirscher, lo hiciese por última vez en 2019 -cuando encadenó su octavo triunfo final- hasta la fecha. Cuando todo apunta a una nueva era triunfal, en este caso la del muy talentoso suizo.

Y eso que no disputa las pruebas de eslalon, como apuntó Salarich en una entrevista con Efe la pasada temporada. "Este chaval es un talento puro. Suerte que no hace eslalon, también; porque sino también nos ganaría", afirmaba el campeón de Vic, que al acabar quinto hace dos cursos en Courchevel logró el mejor resultado para España en Copa del Mundo desde la época del irrepetible Paco Fernández Ochoa.

Será difícil que Odermatt iguale las ocho Copas del Mundo de Hirscher, pero de momento, y salvando las distancias, se está convirtiendo en la versión masculina de la estadounidense Mikaela Shiffrin, la mejor de todos los tiempos, que esta temporada apunta claramente a igualar el récord femenino, en poder de la austriaca Annemarie Moser-Pröll, la gran campeona de los años 70. Seis veces ganadora de la gran Bola de Cristal.

Shiffrin, de 28, que lidera con más de 200 puntos de ventaja (929-722) sobre la eslovaca Petra Vlhova, llamó la atención el pasado fin de semana. Sólo pudo ser novena el sábado en el gigante de Kranjska Gora, un día antes de quedar fuera de combate en la primera manga del eslalon disputado en esa estación eslovena. La súper-campeona de Vail (Colorado) -que el año pasado mejoró el récord absoluto de victorias en Copa del Mundo del sueco Ingemar Stenmark (86) y que, entretanto, lo elevó a 93- demostró ser terrenal: había competido resfriada.

Por este motivo se saltará las pruebas de este fin de semana, en Altenmarkt-Zauchensee (Austria), donde se disputarán dos supergigantes -este viernes y el domingo- y un descenso, el sábado.Y pase lo que pase en la citada estación de Salzburgo, Shiffrin seguirá liderando la general de la Copa del Mundo al final de esta semana.