Elecciones el 12 de mayo

Puigdemont da portazo a Aliança Catalana: "No negociaré nunca con la extrema derecha"

Puigdemont se reúne con la cúpula de Foment del Treball en Perpinyà

Puigdemont regresará el día de la investidura y dejará la política si no es elegido president

Así están las encuestas de las elecciones en Catalunya 2024

Carlota Camps

De forma tajante, con un "nunca", el expresident y candidato de Junts, Carles Puigdemont, ha querido cerrar la puerta a un posible pacto con la extrema derecha de Aliança Catalana después de las elecciones catalanas del 12 de mayo. Lo ha hecho en una entrevista en el programa Més 3/24, donde también ha cargado contra sus oponentes y especialmente contra el líder del PSC, Salvador Illa, a quien acusa de "hinchar" las posibilidades de este partido extraparlamentario para desgastar a Junts. "Estamos hablando de ello por encima de nuestras posibilidades", ha advertido Puigdemont, tras la petición del socialista de vetar a la formación de Sílvia Orriols.

"Me gustaría que Illa fuera tan claro cuando habla de Vox", ha reprochado al candidato del PSC, a quien ha recriminado haberse manifestado al lado de este partido en 2017 contra la declaración unilateral de independencia fallida o que su partido votara a favor de la retirada de su inmunidad en el Parlamento Europeo. "No negociaré nunca con la derecha extrema ni la ultraderecha, no lo haré", ha manifestado, al mismo tiempo que ha defendido "construir una alternativa" para "liberar Catalunya" de acuerdo con los derechos humanos y la democracia.

Primera llamada a Aragonès

En este sentido, y aún sobre los pactos poselectorales, Puigdemont ha explicitado que su prioridad será recoser la mayoría independentista con ERC y ha dado por hecho que la "primera llamada" que hará si gana las elecciones será al actual president y candidato de los republicanos, Pere Aragonès. Sin embargo, y aunque ha pedido no "perderse en las batallas partidistas", no se ha ahorrado dardos contra el candidato de ERC. Así, le ha acusado de "incumplir" el pacto de investidura y de "malbaratar" la mayoría independentistas de las pasadas elecciones.

Por contra, ha descartado toda negociación con el PSC, pero ha apercibido tanto a Illa como al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que habrá "consecuencias" para la legislatura española si replican un pacto como el del ayuntamiento de Barcelona en la Generalitat. "Si Illa es elegido con los votos de Vox es legítimo, pero tendrá consecuencias. Ellos sabrán lo que tienen que hacer", ha sentenciado.

Asimismo, ha advertido de que el objetivo de su formación no es "arreglar los problemas de gobernabilidad de España" y ha vuelto a presentarse como el único presidenciable que puede "plantarse ante Madrid". Según Puigdemont, Illa no puede hacerlo porque es "el representante" del PSOE y Aragonés tampoco porque tiene "deudas" con ellos por los indultos y, además, ya ha "dejado claros sus límites".

Finalmente, sobre los imputados de Tsunami Democràtic que han anunciado recientemente que han trasladado su residenica fuera de España, Puigdemont les ha querido trasladar "todo el apoyo", pero se ha mostrado convencido de que su caso decaerá con la entrada en vigor de la ley de amnistía. "Este tipo de represión tiene los días contados", ha concluido, volviendo a insistir en su regreso una vez la norma tenga la luz verde y decaigan las medidas cautelares.

Deshielo con Foment

Todo ello el mismo día que una delegación de Foment de Treball encabezada por su presidente, Josep Sánchez Llibre, se ha desplazado a Perpinyà para reunirse con el expresident y trasladarle sus principales propuestas económicas. Concretamente, un paquete de 465 medidas, entre las que hay la eliminación del impuesto de patrimonio o la ampliación del aeropuerto de El Prat.

Pero más allá de la letra pequeña, la reunión supone un deshielo de las relaciones entre Junts y la patronal tras las tensiones de 2017. En los últimos tiempos, y principalmente tras la entrada de Junts en la ecuación de la gobernabilidad en el marco del Congreso, ya se habían ido recuperando los puentes, pero la fotografía de este lunes en el sur de Francia ha sido la demostración definitiva.