Elecciones 23J

El PSOE dará tiempo a Junts para que el sector pragmático se imponga en la investidura

Los socialistas confían en que el ala más favorable al acuerdo -los 'hijos de Pujol'- fracture al bloque contrario

La vicesecretaria del PSOE y ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en la Diputación Permanente del Congreso este miércoles.

La vicesecretaria del PSOE y ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en la Diputación Permanente del Congreso este miércoles. / Jesús Hellín

Marisol Hernández

España se enfrentará en los próximos meses a nuevos acontecimientos políticos que condicionarán la gobernabilidad del país a corto y medio plazo. Han pasado muy pocos días desde las

elecciones generales del 23J

y todo parece aún muy espeso. Pero

Pedro Sánchez

tiene ya bastante claros los siguientes movimientos. Da por seguro que conseguirá la investidura, esta vez con la abstención impepinable de Junts, casi desde la noche electoral. Y que el PP entrará en una profunda crisis de liderazgo cuando se confirme su continuidad como presidente del Gobierno. Está convencido de ambas cosas. Es sólo cuestión de esperar.

Y eso es lo que van a hacer los socialistas. Dejar que pase el tiempo y ser discretos. Sobre todo, para facilitar que Junts opte por abstenerse. "Para llevar esto a buen puerto y ayudarles a tomar decisiones", aseguran en la dirección socialista. Su propósito es no "retransmitir" las negociaciones porque si no, destacan, "no van a salir bien", y dar margen para que la parte pragmática del partido de Carles Puigdemont se imponga. "Que resuelvan sus contradicciones".

La división en dos partes de Junts, representadas por Laura Borràs y por Jordi Turull, los primeros partidarios del choque permanente con el Estado, de un nuevo intento unilateral de secesión, y los segundos, los que proceden de la antigua Convergència, los 'hijos de Pujol', con un cultura política más arraigada de negociación, se considera en el PSOE como una baza a su favor. Porque, según explican distintas fuentes del bloque progresista, hay una posibilidad de que estos últimos, más favorables a facilitar la investidura de Sánchez, ganen la batalla interna.

Por encima de todos está la figura de

Carles Puigdemont

pero, destacan, Borrás no es directamente su persona de confianza, "no es su heredera", aunque a ambos les une que "no tienen nada que perder". La presidenta de Junts está inhabilitada y el expresident parece tener la vida económicamente resuelta. Por debajo de ambos, señalan, el bloque en torno a ellos "no es monolítico". En él, apuntan, también hay muchos alcaldes con una mayor "cultura de gobierno", que podrían mostrarse más posibilistas. Si Turull, personas como Xavier Trias o otros ex altos cargos de la Generalitat parten ese sector, la investidura estaría encarrilada.

Un mal resultado y dos diputados en juego

En el PSOE consideran además que Junts no tiene ningún incentivo para ir a una repetición electoral. Por razones cualitativas y cuantitivas. El 23J les ha concedido una oportunidad de volver a la "centralidad" del debate político, de ser influyentes y unas nuevas elecciones no les garantiza tener el mismo resultado. Podrían perder un diputado en Girona y otro en Tarragona. El primero se lo ganaron al PP por un margen sólo de 363 papeletas. El segundo, al PSOE por 1.298. Y aunque el poder que les otorga la configuración del nuevo Congreso es inmenso su declive electoral es evidente. De 530.225 votos en 2019 a 392.634 el domingo para quienes son, todavía, los representantes de la derecha catalana antes nacionalista ahora independentista y que durante décadas rondó el millón de votos en unas generales.

"Les vendría fatal unas nuevas elecciones", subrayan en el PSOE. "Nadie entendería que no administrasen ahora esta oportunidad". Sería, insisten, "no entender el nuevo clima social". El PSC y Sumar han sido los más votados en Cataluña, los socialistas catalanes con 1,2 millones de votos, han subido más de 400.000 respecto a 2019. La plataforma de Yolanda Díaz, representada por 'los comunes', se ha mantenido en el medio millón. La suma supera ampliamente a los independentistas de ERC y Junts: 26 escaños (19 y 7) frente a 14 (7 y 7).

La evidencia de todas estas cifras, la esperanza de que el grupo de Turull parta en dos al bloque de Borrás y la convicción de que hay que dar una salida judicial a Puigdemont, que pasaría por indultarle después de que sea juzgado y pase un tiempo en la cárcel, lleva a Sánchez y Díaz a pensar que es factible la abstención. No se esconde la ·"ascendencia moral" que sobre Junts tiene el expresident de la Generalitat como uno de los posibles obstáculos. Pero, a la vez, no se da ninguna relevancia a su actual petición de máximos: ley de amnistía y referéndum de autodeterminación.

Dos condiciones que los socialistas ya han avisado que "están fuera del marco legal español" y que piensan que se repiten como mensajes "internos" a la suma de grupúsculos que ahora es Junts. "Hay que ayudarles a digerir", reiteran en el PSOE.