"A Messi le ponen un revólver en la cabeza que se llama Mundial y si no lo gana, lo mata"

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Jorge Sampaoli, seleccionador argentino, ha escrito un libro bajo el título 'Mis Latidos, ideas sobre la cultura del juego' y que saldrá a la venta este próximo mes de abril. En este libro de Sampaoli hay un apartado dedicado a Leo Messi, la estrella argentina del Barcelona, del cual la revista 'Viva, del diario 'Clarín', ha publicado este fin de semana un avance.

Trabajar con Messi: "En este momento siento que me toca dirigir al mejor jugador de la historia. Es todo un tema. Está por encima de las variables normales. Un tipo que se mantuvo diez años como el mejor del mundo te modifica la forma de conducción. Es difícil asumir ese rol cuando tu conducido sabe que es mejor que vos, que ejecuta como nadie. Es una responsabilidad, pero en definitiva es un disfrute".

Messi y el Mundial: "Hay que buscar a los mejores para luego ponerlos en el dibujo que corresponda. Hay que poner la jerarquía adentro y ubicarla donde mejor funcione. Y Leo tiene que jugar como en su club. Inventarle una posición para meterlo dentro de un sistema o estructurarlo es cometer una locura".

La presión sobre Messi: "Lo que encuentro de negativo es que este tipo de fútbol daña hasta a Messi. Le ponen un revólver en la cabeza que se llama Copa del Mundo y si no la gana, le salta un disparo y lo mata. Es una locura que no pueda disfrutar de su talento".

Cómo parar a Messi: "Cuando me tocó tenerlo enfrente, fue una preocupación muy grande porque tenía que crearle obstáculos a alguien imparable, que los salta todo el tiempo. Había que buscar estrategias de control sobre él, y sobre el resto. Ahora, trato de disfrutar de tener soluciones con él. Lo más difícil es optimizar al entorno para que no se minimice ante la presencia de un jugador tan importante y determinante. El resto debe lograr compatibilizar con él, y eso no es tan sencillo".

El compromiso de Argentina con Messi: "Un ejemplo de mensaje es el de la última charla de las eliminatorias en Ecuador. Fue un poco más fuerte en el tono. Hicimos hincapié en que el fútbol le debía un Mundial a Messi y que la mochila se la teníamos que sacar nosotros. Si nos ayudaba, mejor, pero debíamos poner la cara por él. Debíamos llevarlo nosotros, no esperar que nos lleve siempre él. Sus compañeros debían hacerse cargo. Tenían que tomar la posta y hacer de cuenta de que no estaba. Él en un momento iba a aparecer".

El sistema con Messi: Es más complicado hacer funcionar a un equipo con jugadores que tienen que entenderse con Messi que idear un plan colectivo con jugadores normales. Cuando uno organiza una estructura donde hay un genio, es más complejo conmover al genio y que el resto no se achique. Está claro que tenerlo a favor es lo que cualquiera quisiera siempre, porque está visto que el Barcelona fue y es lo que es, entre otras cosas, porque tiene a MessiAl estar Messi, la idea es atacar su entorno futbolístico. Es decir, el equipo sin Messi. Sacarle responsabilidades a él, y que ese entorno se acomode a formas de un jugador que está establecido que va a estar. Leo tiene que jugar como en su club. Inventarle una posición para meterlo dentro de un sistema o estructurarlo es cometer una locura. Siempre tiene que estar cerca del área; si está lejos, se aleja del gol. El socio de Messi lo va a elegir Messi. Lo va a determinar él, porque juega siempre. El socio de otro puede ser cualquiera; como él juega, su estilo va a determinar qué es lo que más necesita. No es que lo va a decidir porque dice quiero a tal o cual, esa es la labor del entrenador, ver cuál es el que mejor se comunica con él en diferentes momentos".