Maverick Viñales o cómo librarse de los 'fantasmas' del pasado

Tras firmar el mejor fin de semana de su vida en Austin, Viñales se desmoronó. Una reacción que delata hasta qué punto ha sufrido para reinventarse

Desde su debut en el Mundial, en 2011, su enorme talento y los episodios polémicos han marcado la carrera deportiva

Viñales, eufórico en el podio de Austin

Viñales, eufórico en el podio de Austin / moto GP

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Maverick Viñales se derrumbó ante los micrófonos de DAZN después de cerrar el mejor fin de semana de su vida en Austin, con victoria en la sprint del sábado y en la carrera principal del domingo. Sin poder contener las lágrimas mientras respondía como podía a las preguntas de Izaskun Ruíz, el piloto de Roses consiguió emocionar incluso más de lo que lo había hecho minutos antes en la pista, con una descomunal remontada. A los fans más recientes quizá les cogió por sorpresa su reacción, pero los que le descubrieron en su primera temporada mundialista, allá por 2011, ya sabían de su enorme talento, a menudo desaprovechado por factores externos y por un carácter un tanto inestable.

El doblete en Austin le convirtió en el primer piloto de la ‘era MotoGP en ganar un gran premio con tres marcas diferentes: Suzuki (Silverstone-2016), Yamaha (Catar-2017) y Aprilia (EEUU-2024). Y sobre todo, fue una liberación, una forma de dejar atrás los 'fantasmas' del pasado para reencontrarse con su mejor versión. “He sufrido mucho, mucho, hasta conseguir volver a ganar. Mi familia lo sabe bien, todo el esfuerzo que le he puesto a esto y, al final, he conseguido una grandísima recompensa, he hecho historia y estoy muy feliz. Ahora lo único que quiero ahora es volver a casa para es abrazar a mis niñas y a mi mujer, que son las que más han sufrido todo este duro periodo de trabajo y sacrificios”, dijo Maverick, exponiendo su vulnerabilidad en público.

Un 'chico' difícil

No lo decimos nosotros. Así veían muchos a Maverick en el paddock de MotoGP: Un piloto portentoso al que su cabeza y algunas influencias externas le jugaron malas pasadas desde que 'aterrizó' en el campeonato del mundo.

Ganó el FIM CEV con 15 años, después de subir al podio en todas las carreras y debutó en el Mundial embarcado en un insólito proyecto apadrinado por Paris Hilton, que llegó a pasearse por el Circuit de Barcelona para seguir las andanzas de su 'bad boy'. Maverick saldó aquella primera temporada con cuatro victorias y tercero en la general.

Maverick llegó al Mundial en 2011 de la mano de Paris Hilton y el Team Blusens

Maverick llegó al Mundial en 2011 de la mano de Paris Hilton y el Team Blusens / moto GP

Las cosas se torcieron en 2012, cuando protagonizó una polémica 'espantada' en Malasia. Frustrado por los malos resultados desde mitad de temporada (después de ganar cinco de las nueve primeras carreras) y viéndose sin opciones de pelear por el título, decidió volver a España y no correr. Al final, Dorna intervino y se pudo reconducir aquella fuga sin precedentes. Acabó la campaña y rompió con su manager, Ricard Jové. Al año siguiente, enrolado en el modesto Team Calvo, junto a Ana Carrasco, se coronó campeón del mundo de Moto3 2013 en Cheste, tras una lucha sin cuartel con Álex Rins y Luis Salom.

En su único año en Moto2, de la mano de Sito Pons, consiguió su primera victoria de clase intermedia en el Gran Premio de las Américas y cerró la temporada en tercer puesto del campeonato, con cuatro victorias y nueve podios. También ganó el premio al mejor 'rookie', antes de dar el salto a la categoría reina con Suzuki. La firma de Hamamatsu, que no vencía en MotoGP desde Francia 2007 con Vermeulen y en mojado, volvió a ganar gracias a Maverick, que formaba tandem con su actual compañero en Aprilia, Aleix Espargaró.

Después de que Jorge Lorenzo fichara por Ducati, Viñales firmó para ser piloto oficial Yamaha a partir de 2017, junto a Valentino Rossi. Ganó la primera carrera en Qatar, siendo el piloto español más joven de la historia en ganar un gran premio con dos marcas diferentes (Suzuki y Yamaha). Repitió triunfo en Argentina y Francia y terminó la temporada tercero en la general.

Yamaha seguía las indicaciones de Rossi en el desarrollo de su moto y el éxito de Maverick iba acompañado de un creciente malestar en el seno del equipo. Cuando Valentino se fue, el piloto catalán creyó que iba a ser por fín el número uno de la escudería nipona, pero llegó Quartararo y le robó el protagonismo

El francés se proclamó campeón en 2021 y Maverick bajó a los 'infiernos'. La desconfianza alcanzó su punto límite cuando los de Iwata decidieron cambiar a su jefe técnico, Esteban García, por el veterano Silvano Galbusera, ex de Rossi.

En el GP de Austria, Yamaha le acusó de sabotaje al intentar romper el motor de su M1 pasándolo de revoluciones de manera intencionada. Maverick fue apartado del equipo, que le obligó a disculparse. Después, separaron sus caminos.

Era el verano de 2021 y Viñales estaba sin equipo, meditando la retirada, animado por su mujer Raquel y la pequeña Nina, que acababa de llegar a sus vidas. En su etapa en Andorra, antes de volver definitivamente a Roses, Maverick había estrechado lazos con su ex compañero Aleix Espargaró, que convenció al CEO de Aprilia Massimo Rivola para ficharle.

La adaptación no fue fácil. En Suzuki y Yamaha, Viñales pilotaba una MotoGP con motor con 4 cilindros en línea, mientras que la Aprilia RS-GP monta uno en 4V. Maverick concluyó 11º al su primer año con los italianos y mejoró en 2023 (7º), cuando Aprilia le concedió trabajar con su ex jefe de mecánicos en Suzuki, Manu Cazeaux.

La temporada 2024 ha empezado con Viñales centrado en su objetivo, decidido a explotar su talelento, imparable. Marcha tercero en el Mundial (56 puntos), aunque de no ser por la avería en el cambio en la última vuelta del GP de Portugal, cuando peleaba por la victoria, estaría mucho más cerca del líder Jorge Martin (80). Queda mucho Mundial por delante, pero si Aprilia no le falla y él termina de creer en sus poderes, MotoGP celebrará haber recuperado a uno de sus grandes talentos.