Márquez: "Primero me probaré yo y, luego, trabajaré para Honda"

El piloto catalán Marc Márquez, de 29 años, ocho veces campeón del mundo de motociclismo, rey de MotoGP hasta que se rompió el húmero derecho, en Jerez, hace dos años, ofreció ayer una conferencia de prensa, en el circuito de Misano, donde se celebra el Gran Premio de San Marino y donde, el próximo martes y miércoles, protagonizará su reaparición con la Honda RC213V en el test de MotoGP posterior a la carrera del trazado Mirco Simoncelli, para mostrar su felicidad "por haber pasado las pruebas médicas del campeonato y estar listo para subirme a mi moto. Eso sí, hoy (sábado), solo puedo asegurar que me subiré a la moto el martes, no sé cómo saldré de ese ensayo y, por tanto, no puedo asegurar que podré seguir en pista al día siguiente".

MM93 reconoció, cuando le preguntamos que la fábrica Honda, metida en el caos, le espera como agua de mayo, que "no voy a engañar a nadie y mucho menos a Honda: este test, este primer día, el martes concretamente, es mi día, es mi prueba. Luego, si todo va bien, me pondré en manos de Honda y trabajaré para ellos, para todos, para mejorar la moto".

Márquez confesó que "un brazo, un húmero, un hombro que lleva cuatro operaciones encima no se cura en tres meses y menos para poder pilotar una MotoGP, pero, sí, pero...una cosa es tener dolor y otra, muy distinta, molestias. Y, ahora, tengo molestias, ¡claro que tengo molestias!, pero no dolor. No hay milagro, no esperemos milagros, ni de mí, ni de la operación, ni de la moto, estamos en un proceso largo todos, pero vamos a trabajar duro para salir a flote cuanto antes. Me falta fuerza, aún no puedo pilotar como quiero, pero estamos en el camino correcto, esta vez sí, lo noto".

Y, a continuación, explicó, con su simpatía de siempre, las primeras sensaciones que ha sentido sobre la moto, la Honda CRB600RR, de calle, una de las motos más parecidas a la MotoGP que tiene la firma japonesa (todavía tienen una más potente, la 1.000cc), cuando se ha entrenado, con tacto, en el trazado de Motorland. "¡Uf!, tengo que volver a adaptarme a todo. Como dicen los doctores, he de reeducar el brazo, sus movimientos, recuperar su fuerzas, pero estoy muy feliz porque el movimiento es completo, ahora sí. Pero, insisto, aún me cuesta el tacto del gas, agarrarme al manillar...bueno, cositas".

Sobre las posibilidades de que complete la última parte del calendario, es decir, los últimos siete grandes premios de la temporada, Márquez no quiso volverse loco. "Repito, estoy aquí para ponerme a prueba ¡el martes!, veremos si piloto el miércoles y, luego, habrá que ver la respuesta del brazo, analizarlo con los doctores y decidir los siguientes pasos. Es evidente que si vuelvo es para competir al mayor nivel pero, desde luego, la sensación es que esas siete carreras, de hacerlas, que, insisto, nada de eso está ahora en mis planes, se pueden hacer de muchas maneras, con un plan de trabajo para seguir mejorando o tratando de subirte al podio, cosa para la que, ahora, no me veo preparad. Repito, ahora".

Márquez insistió en su satisfacción tras tres meses de recuperación "pues hago cosas con el brazo, movimientos, que antes de la operación eran imposibles". Su sueño, a contado en las últimas semanas, es lograr entrar en las curvas "y no tener que pensar cómo coloca el brazo para que no le duela y creo que voy camino de conseguirlo". Se le ve ilusionado, pero también quiere poner freno a la euforia que podría provocar, no solo en el 'pàddock', también en Honda e, incluso, en sus fans, su reaparición el martes. "Repito, queda mucho, pero lo que sí puedo decir es que esta operación va camino de permitirme volver a ser el de antes. Pero, insisto, los milagros se producen en una carrera, ganas y punto. Para ganar un Mundial necesitas mucho más y en eso hemos de trabajar".