Impresionante velocidad en el Dakar: ¡Una media de 134 km/h!

La primera semana, salvo el polémico punto de navegación de la primera jornada, y que las dos últimas etapas en la categoría de motos fueron neutralizadas por el mal estado del terreno, no tuvo más complicación que sortear las ‘trampas’ que deparaba el desierto.

En este mismo escaparate lo he repetido hasta la saciedad: se corre demasiado. Las medias que se hacen impresionan y ello ha provocado un aluvión de incidentes.

El terreno, para que sea hagan una idea, está constituido por pistas de tierra y grava, mayoritariamente en línea recta, a las que se circula a fondo. Los coches, que tienen la velocidad limitada a 170 km/h superan medias de 130 y ayer, pese a que nos prometieron que esta semana sería más complicada, prevaleciendo la arena y las dudas, volvió a ser más de lo mismo. Todo apunta a que la octava etapa y la undécima serán las realmente duras, pero uno ya no sabe qué pensar. La carrera ha entrado en una espiral de velocidad, un ritmo vertiginoso, que hay que frenar cuanto antes. La media del chileno Cornejo en la séptima etapa de motos fue de 134 km/h.

El terreno por el que ha discurrido hasta ahora el Dakar está exento de grandes dificultades y, sorteado un río o una zona de dunas o piedras, los pilotos pueden accionar otra vez el acelerador a fondo. Las diferencias son mínimas y las situaciones de peligro se multiplican. Frenar lo mínimo y acelerar lo máximo. Seis coches llegaron juntos al final de la sexta etapa, la última antes de la jornada de descanso.

Creo que hay que buscar alternativas en el recorrido, ya sea dentro o fuera de Arabia Saudí, realizando alguna incursión a algún país vecino o entrando en zonas del país que ahora no parecen recomendadas. En cualquier caso, darle una vuelta a la navegación y buscar la manera para rebajar drásticamente la velocidad.