Pancartas insultantes, patadas de impotencia... ¡y una cabeza de cochinillo!

La 'maravillosa minoría' no llenó Cornellà, como pedía <strong>Piqué</strong>. Pero algunos de los que fueron se acordaron del central blaugrana (que estaba sentado en el banquillo) con una lamentable pancarta contra <strong>Shakira</strong>. Y llevaron una cabeza de cochinillo (perfectamente asado, por cierto) para tirársela al jugador del Barça. Y 'reivindicaron' la agresión de Pau López a Messi. Y quisieron mofarse de los orígenes del FC Barcelona llamando a los culés "suizos"... Todo ello muy lamentable.

Tan lamentable como la patada de Alvaro a Messi (que solo vio tarjeta amarilla cuando mereció la expulsión directa) o la agresión de <strong>Caicedo</strong> a <strong>Ter Stegen</strong>. Dos acciones que volvieron a demostrar que el Espanyol no juega contra el Barça con 'intensidad' sino con violencia. Por mucho que al presidente Joan Collet no le guste leerlo. 

El partido de vuelta de los octavos de final de la Copa entre el Espanyol y el FC Barcelona no tuvo más historia. El 4-1 de la ida ya había sentenciado la eliminatoria y el gol de Munir (después de una magistral asistencia de Messi) dejó sin ninguna opción de sorpresa a los pericos. Luis Enrique, que había dejado a Neymar y a Piqué en el banquillo, sabía que el duelo estaba visto para sentencia antes de empezar.

Esta trilogía de derbis entre el Espanyol y el FC Barcelona pasarán a la historia más por los incidentes que por el juego. Una pena. Pero es lo que hay... cuando se quiere igualar la superioridad futbolística del rival a base de patadas y un presidente incendia los ánimos con declaraciones sin sentido.