Quique Sánchez Flores devuelve el orgullo al Sevilla

Hay quien dice que el estreno de un entrenador es sinónimo de victoria. Esta premisa, puesta en duda por Diego Alonso, fue cumplida por Quique Sánchez Flores. El madrileño celebró su debut en el banquillo del Sevilla con una contundente victoria sobre el Granada en Los Cármenes. Sin apenas tiempo para trabajar con el equipo, el técnico dotó a los hispalenses de un carácter competitivo que llevaba meses extinto para sumar de tres en el campeonato doméstico por primera vez desde el ya lejano 26 de septiembre.

El Sevilla que formó sobre el césped del Nuevo Los Cármenes era muy distinto al que había estudiado el 'Cacique' Medina. Quique Sánchez Flores apostó por un nuevo dibujo defensivo y arriesgó con Suso partiendo como interior, novedades que tuvieron gran incidencia en el resultado que imperó al término de la primera parte.

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Además de las novedades tácticas, se vio otra actitud en el conjunto hispalense. Los jugadores salieron con la intención de pasar largos tramos del encuentro en campo contrario y, por primera vez tras innumerables jornadas, se sintieron superiores a su adversario. Poco después de superar los primeros 20 minutos, un Pedrosa omnipresente en ataque sirvió un centro-chut desde la frontal que, tras tocar en Ricard, terminó en el fondo de la portería.

La crítica situación en la que el Sevilla lleva meses sumido no permitía ningún tipo de relajación. Tras la ventaja, los hispalenses siguieron mordiendo en campo contrario, buscando cualquier fallo en salida de la zaga nazarí. Una vez forzado, Ocampos no se lo pensó dos veces y, desde larga distancia, sorprendió a Ferreira con un zapatazo que se coló por la escuadra.

El partido pudo quedar visto para sentencia en la última acción del primer acto. Justo después de que Puertas se gustase en demasía y perdiese la oportunidad de recortar distancias, Pedrosa probó fortuna desde el balcón del área, pero su intento fue escupido por el travesaño. El Granada seguía vivo.

Esta vida extra, sin embargo, no fue aprovechada por los nazaríes. El equipo local siguió demasiado contemplativo tras el paso por vestuarios, y el Sevilla no tardó en sentenciar. En una falta lateral sin aparente peligro por su lejanía, Suso acarició el balón para ponerlo justo en la cabeza de Sergio Ramos, que ni siquiera tuvo que saltar para cazar el envío. El testarazo del camero estableció una diferencia prácticamente insalvable entre ambos conjuntos.

Con un colchón de tres goles a favor, el Sevilla dejó de pisar el acelerador. El partido dio paso a un escenario propicio para que Quique Sánchez Flores experimentase con diferentes alternativas que puedan entrar progresivamente en su esquema, y el técnico apostó por dar minutos a Rafa Mir y Manu Bueno.

El paso del canterano por Los Carmenes pudo ser efímero, pues vio la roja directa a los dos minutos de saltar al césped, pero el VAR rectificó la decisión de Busquets Ferrer. Los siguientes futbolistas en gozar de minutos, ya en la recta final, fueron Januzaj y Marcao.