Punto poco válido para las malas dinámicas de Cádiz y Osasuna

Ni Cádiz ni Osasuna salen reforzados del punto sumado en el Nuevo Mirandilla. Los gaditanos sumaban 11 jornadas seguidas sin ganar y ya son 12 y Osasuna suma su sexto partido liguero seguido sin sumar los tres puntos. Crisis agudizadas en un partido de dos caras con el conjunto de Sergio González mejor en el primer tiempo y el de Arrasate en una segunda mitad marcada por el penalti en contra de los gaditanos que tienen motivos para estar enfadados.

La necesidad de victorias marcaba un choque que dominó en el primer tiempo un Cádiz que supo apagar a un Aimar Oroz, perfectamente marcado. Sin la brillantez del '10' rojillo, el Osasuna sufría en la creación de juego y apenas entraban en acción Budimir y el Chimy Ávila.

A la solidez defensiva, se unió unos buenos 45 minutos del conjunto de Sergio González que se adelantó a los 20 minutos de partido con un centro impoluto de Iván Alejo desde el perfil derecho y una entrada en plancha de Roger Martí que con un remate de cabeza cruzado batía a Sergio Herrera. Cabe decir, que la defensa del centro por parte de los de Jagoba Arrasate fue pésimo. Sin nadie que siguiera la marca del delantero del conjunto gaditano.

Es difícil de explicar, pero Osasuna sufría y mucho precisamente con esos centros laterales, algo que con Arrasate al mano no ha pasado. No hubiera subido al marcador por fuera de juego pero otro ejemplo fue la entrada de Fali o Chris Ramos en una falta lateral que nadie siguió sus marcas.

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Con problemas en defensa y en ataque, Osasuna no generó la primera ocasión de peligro hasta pasada la media hora de juego con un disparo del Chimy Ávila que rebotó en Fali y casi bate a Ledesma. El portero argentino fue clave en el inicio del segundo tiempo porque el conjunto rojillo salió con otra cara del descanso.

En 10 minutos generaron más que en toda la primera mitad. Dos remates en dos minutos del Chimy que sacó Ledesma con dos grandes estiradas salvadoras. Pero para salvador, Iza Carcelén. Sin saber cómo, sacó en la misma línea un remate a bocajarro, con Ledesma batido, de Moi Gómez. La cara de Arrasate al ver la ocasión perdida era un poema.

El empate parecía cada vez más cerca y acabó llegando por medio de un penalti que dará que hablar. Un cabezazo del Chimy rozó en los dedos de Mbaye y previo paso por el VAR, Martínez Munuera acabó señalando la pena máxima. Pese al intento, feo, de Alejo de destrozar el punto de penalti, Budimir ponía el 1-1 en el Nuevo Mirandilla.

El miedo a perder el punto imperó en los últimos compases de un partido que pudo decidir el propio Mbaye con un remate de cabeza en el último suspiro que sacó Herrera, muy atento. Reparto de puntos y de crisis.