LaLiga denuncia los insultos a Vinicius y al Real Madrid en El Sadar

LaLiga reflejó en su escrito de "denuncias de incidentes de público de la jornada 22" los insultos dirigidos al Real Madrid y a su delantero brasileño Vinicus Júnior en El Sadar, el feudo de Osasuna, en el partido jugado el pasado día 18.

Según informó LaLiga, su denuncia incluye que en el minuto de silencio previo al comienzo del encuentro "un aficionado local ubicado en la grada sur gritó, 'Vinicius hijo de puta'", hecho que fue "respondido con risas por algunos otros aficionados, minoría, desde esa misma zona del estadio".

También reproduce los insultos dirigidos al Real Madrid por unos 800 aficionados locales, ubicados en la Grada Sur Baja, sectores 113 a 115, y situados tras unas pancartas con los lemas "Lizarra", "Osasuna" y "Graderío Sur" en seis ocasiones a lo largo del choque, y el cántico "Vinicius muérete", entonado por los mismos espectadores en el minuto 79 de partido.

El documento de LaLiga refiere igualmente el lanzamiento de un bocadillo desde el graderío (m.63), que no impactó en nadie, cuando un jugador visitante iba a lanzar un saque de esquina y el cántico que los 800 seguidores locales citados previamente entonaron en el minuto 72 dirigido al Zaragoza: "La Romareda, puta pocilga, donde se junta Ligallo y policía. Qué puto olor, qué porquería, con una bomba todo aquello volaría, una explosión de Goma 2 y que le den por culo a Aragón. El Osasuna que se la goza, viendo quemarse a esa puta Zaragoza", reproduce.

LaLiga presenta otra denuncia por los insultos en Mallorca

LaLiga confirmó ayer que había presentado una nueva denuncia en los juzgados de Instrucción de Mallorca por los insultos racistas dirigidos a Vinicius en la última visita del Real Madrid a Mallorca, y la identificación del responsable de los mismos, que también los profirió al jugador nigeriano del Villarreal Samu Chukwueze.

El organismo recordó que ya son ocho las denuncias que ha cursado por insultos o cánticos racistas en contra del delantero madridista, aunque tres de ellas fueron archivadas por los fiscales delegados para los delitos de odio en Barcelona, Mallorca y Madrid, respectivamente.