Griezmann ajusticia a 'su' Real Sociedad desde los once metros

Por tercer partido consecutivo, el Atlético de Madrid tiró una moneda al aire y salió cara. Como sucedió ante el Cádiz en Liga y ante el Feyenoord en Champions, el conjunto rojiblanco fue capaz de sacar hacia adelante un partido que se había puesto cuesta arriba. Esta vez, la víctima fue la Real Sociedad, que en el último minuto del tiempo reglamentario perdió la oportunidad de puntuar en el Metropolitano por culpa de un gol de Griezmann desde los once metros.

El resultado del partido estuvo profundamente marcado por dos acciones. Dos manos en el área, una de Morata y otra de Carlos Fernández, que fueron interpretadas de manera diferente por Munuera Montero. Esta vez, su criterio sonrió a los rojiblancos y penalizó a los donostiarras.

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La primera acción del partido pudo tener consecuencias fatales para el Atlético de Madrid. Nada más sacar de centro, Oyarzabal peinó un pase en profundidad para dejar a Barrenetxea solo ante Oblak. El esloveno hizo gala de sus reflejos y sacó el pie a pasear para frustrar la ocasión, pero el rechace se topó con Hermoso y acabó en el fondo de la portería. Para alivio del Metropolitano, la acción fue anulada por fuera de juego.

Oyarzabal, con un disparo cruzado, no tardó en lanzar otro aviso a los rojiblancos, que habían salido aletargados. Su incomodidad sobre el césped era evidente pero, como comienza a ser habitual, hicieron gala de su puntería para hacer sangre en la primera ocasión manifiesta que se les presentó. Aprovechando un pase medido de Koke, Samuel Lino ganó la espalda a Traoré y se plantó solo ante Remiro, al que batió por su palo corto.

Con la ventaja en su poder, los de Simeone cerraron filas para minimizar los daños. Aun así, hubo tiempo para que cada equipo disfrutase de una gran ocasión antes del descanso. La del Atlético llegó tras una acción de pizarra que De Paul culminó estrellando el balón contra la el palo, mientras que Oyarzabal pudo firma las tablas con un cabezazo en boca de gol que se marchó por encima del travesaño.

El Atlético salió del túnel de vestuarios con la voluntad de ampliar su renta, y a los pocos minutos volvió a encontrarse con la madera. A pesar de estar perdonando más de lo habitual, no tuvieron que lamentar su poco acierto debido a la falta de ideas de los donostiarras en ataque. Imanol sabía que necesitaba sacudir el árbol, por lo que dio entrada a un triple cambio que afectó a todas las líneas de su esquema.

La presencia de Pacheco, Zakharyan y Carlos Fernández supuso un soplo de aire fresco para la Real Sociedad. El paso al frente fue evidente, y estuvieron cerca de reengancharse al partido con un testarazo de Brais Méndez que Morata tocó ligeramente con la mano. Munuera Montero recibió el aviso del VAR, pero entendió que el contacto no fue suficiente para señalar penalti.

A pesar de la frustración tras la polémica decisión, la Real Sociedad no tardó en refrendar su mejora con el tanto del empate. Carlos Fernández aprovechó la excesiva concentración de efectivos del Atlético en la banda izquierda para cambiar la dirección del juego, donde esperaba Oyarzabal. El capitán 'txuri-urdin' controló y avanzó sin oposición hasta pisar área, desde donde batió a Oblak con un disparo cruzado.

Los donostiarras comenzaron a fantasear con la opción de vencer por vez primera en el nuevo feudo rojiblanco. No esperaban el duro revés que le esperaba en forma de penalti en contra después de que Carlos Fernández tapase con la mano un disparo de Griezmann. Desde los once metros, el propio 'Principito' se convirtió en verdugo del que un día fue su equipo.