El Espanyol choca contra su 'rookie wall'

La exigencia, la acumulación de partidos y la tensión han bloqueado física y anímicamente al equipo

De perder o empatar en el derbi, los blanquiazules entrarían en la peor racha de la temporada

Vicente Moreno, en el banquillo del Nuevo Mirandilla

Vicente Moreno, en el banquillo del Nuevo Mirandilla / EFE

Jonathan Moreno

Es el ‘rookie wall’ un concepto acuñado en el deporte estadounidense, el cual expresa la difícil adaptación de los novatos de primer año en su salto al profesionalismo de las grandes ligas. Un muro imaginario contra el que chocan metafóricamente los jóvenes deportistas, superada la efervescencia inicial tras su periplo universitario. La acumulación de partidos, la tensión y la exigencia, unidas a la falta de experiencia, se cobran un peaje en el rendimiento competitivo de los bisoños jugadores. 

Quizás algo similar le está sucediendo al Espanyol en esta fase de la temporada. Después de un arranque dubitativo y un otoño meteórico, los hombres de Vicente Moreno se han topado con una barrera psicológica en este 2022, una vez digerido el regreso de Segunda. No es que el club ni los futbolistas sean novatos en las lides de Primera, apenas cinco años de casi 122 han fallado en su compromiso con la élite. Sin embargo, sí es cierto que al equipo se le ve bloqueado, tanto mental como físicamente, y la situación, dadas las alturas de campeonato, empieza a ser preocupante.

Un derbi para creer

El ambiente derrotista se ha instalado en el RCDE Stadium, aunque en lontananza se vislumbra un partido que, de ganarlo, resucitaría el orgullo perico. El Espanyol suma cuatro resbalones ligueros consecutivos, con tres derrotas, Elche, Betis y Athletic, y un empate ante el Cádiz. Al margen de la eliminación en Copa ante el Mallorca. 

Un momento agrio del año que se asemeja al inicio de curso, donde el equipo de Moreno sólo sumó tres puntos en cinco jornadas. Eso sí, de volver a tropezar ante el Barcelona, los blanquiazules superarían esos pésimos registros y entrarían en barrena, con un punto o dos de quince posibles. Así que, todo lo que no sea doblegar a la némesis ciudadana el próximo domingo será considerado un nuevo paso atrás en las aspiraciones espanyolistas, a medio camino entre la salvación y las competiciones continentales. 

En el imaginario de la pericada todavía escuecen los dos últimos enfrentamientos contra el Barcelona. El 8 de julio de 2020, el Espanyol consumó en el Camp Nou el quinto descenso de su historia. Una dolorosa puntilla a una temporada para el olvido. Más recientemente, en noviembre de 2021, los blanquiazules fueron los invitados al estreno de Xavi Hernández en el banquillo culé, y a punto estuvieron de amargar el debut del egarense. Raúl de Tomás y Dimata perdonaron lo imperdonable