Liga Santander: Real Sociedad - Atlético

El Atlético recibe un meneo por parte de la Real

Dos penalties, transformados por Vela y Willian José, plasmaron en el marcador la superioridad del equipo de Eusebio ante un Atlético que acabó bailado

Josep Bosch

El equipo de Diego Simeone sufrió el segundo revés en la Liga, en esta ocasión a manos de una Real Sociedad que se proyecta hacia la parte alta. Un primer tiempo equilibrado dio paso a una exhibición blanquiazul ante un Atlético incapaz de reaccionar, que empezó bien y acabó diluido.

Aunque se llegó al descanso sin alteración en el marcador, el primer tiempo fue vibrante, disputado a un ritmo espectacular. Empezó apretando el equipo de Eusebio Sacristán, moviendo con soltura el balón y dando un primer susto a Oblak en un disparo de Zurutuza desde la frontal que salió un poco alto.

La Real llevaba la iniciativa. algo que a los colchoneros no les importaba. Con la habitual solvencia defensiva, el Atlético empezó a carburar y acarició el gol en dos ocasiones. En la primera, el meta local Rulli sacó una providencial mano a remate de Saúl. Poco después, un despiste de Illarramendi permitió a Griezmann recuperar el balón y montar una contra que acabó con remate al palo de Gameiro cuando los rojiblancos cantaban gol. En la otra portería, Oblak se lució en un zurdazo de Vela, que puso el balón muy cerca de la escuadra.

El panorama varió por completo en el segundo tiempo. Gabi llegó tarde a una incursión de Yuri y Vela abrió el marcador de penalti. Simeone movió el banquillo pero no halló soluciones porque el equipo de Eusebio rozó la perfección, con triangulaciones que hicieron mucho daño a los colchoneros. En una de ellas, Correa cometió penalti sobre Vela y esta vez fue Willian José el que marcó desde los once metros anotando el 2-0.

Quedaba un cuarto de hora, que fue un suplicio para el Atlético, 'bailado' por el toque de la Real e incapaz de reaccionar. Rulli resolvió con acierto los desesperados ataques rojiblancos y el público se lo pasó en grande saboreando un triunfo inapelable. Griezmann regresó a Anoeta por tercera vez pasando totalmente desapercibido.