¿Por dónde pasará la Vuelta a España de 2024?

El año que viene la prueba de ciclismo no pisará carreteras catalanas

Tourmalet por Sergi López Egea.

Tourmalet por Sergi López Egea.

Sergi López-Egea

Todavía es un secreto a voces que cualquier día de estos se puede despejar, pero al igual que sucede con el 

Tour y con el 

Giro 

difícilmente las carreras ciclistas pasan cada año por los mismos pueblos y ciudades y se sacrifican lugares encantadores porque sólo se pueden programar 21 etapas y no hay tiempo, ni kilometraje, ni fuerzas para ampliar las carreras más allá de las tres semanas.

Christian Prudhomme, el director del Tour, el amo de este invento deportivo llamado ciclismo, aseguró hace un tiempo que tales eran las peticiones que tenían sobre la mesa que podría hacer cada año tres carreras pasando por tres escenarios distintos. Con la

Vuelta a España

y con el Giro sucede algo parecido. Hay que alternar y contentar a esos seguidores excluidos un año en concreto por exigencias del guion.

Sin Cataluña

Cataluña 

ha sido el lugar agraciado en el sorteo de la Vuelta de 2023 pero el año que viene la prueba no pisará carreteras catalanas y no lo hará por ninguna circunstancia extradeportiva sino, sencillamente, porque si hay que pasar por

Galicia

, La Rioja y Andalucía no hay tiempo para más. Imitando al dicho futbolístico, el ciclismo es así, unos años se gana y otros se pierde.

Es cierto que la Vuelta difícilmente se plantea anular el paso por Asturias

, pero el Principado tiene un poder especial cuando hablamos de ciclismo: tiene montañas y afición, una entrega total hacia la Vuelta. Por esta razón, un año se asciende a los Lagos de Covadonga y al siguiente al Angliru (la gran cita del próximo miércoles) con alguna sorpresa entremedio hasta el extremo de que, si hay que asfaltar un monte para que pase la Vuelta, pues se asfalta y punto.

Normalidad vasca y navarra

Afortunadamente, desde hace al menos 14 años ya no hay territorios excluidos por cuestiones políticas. La Vuelta lleva años pisando con las lógicas alternancias el País Vasco. Y, en eso, la afición de Euskadi tiene un lema que siempre cumple: protestarán algunos por el nombre de la carrera, pero nunca se les ocurrirá plantear un boicot ni imaginar que cuatro extremistas intentarán arrojar aceite sobre la carretera, sin que, por cierto, haya habido una condena firme al respecto de quien debía hacerlo.

Este domingo, por ejemplo, la 15ª etapa de la Vuelta terminó en la localidad navarra de Lekunberri, adonde también llegó la prueba en 2020, cuando se impedía a los aficionados subir a los puertos, animar en la línea de meta y ni siquiera acercarse a los corredores con la mascarilla reglamentaria. En Lekunberri el alcalde pertenece a la formación política de Bildu.

¿Portugal?

A lo que íbamos, de la próxima ronda española se sabe que habrá protagonismo gallego con varias etapas, que pasará por la Rioja, que regresará a Andalucía tras un año de ausencia e incluso hay la posibilidad que la carrera haga una extensión al extranjero, en países que no serán como este 2023, Francia y Andorra, sino mirando más hacia territorios lusos. En 2020, antes del estallido de la pandemia, estaba programada una llegada de la Vuelta a Oporto, que se anuló por las restricciones del covid en 

Portugal

. La Vuelta ha ido recomponiendo y recompensando a las poblaciones por las que pasó la carrera en 2020, sin público -caso de Lekunberri este domingo o Utrecht el año pasado- y todavía está en deuda con Oporto, pero para saberlo todo con claridad todavía habrá que esperar, salvo sorpresa, algunas semanas más.