DIPLOMACIA

El Gobierno confirma que negocia con Reino Unido la movilidad de los soldados británicos desde Gibraltar

La Junta de Andalucía critica la falta de transparencia sobre lo que se negocia tras una reunión de los representantes de Campo de Gibraltar con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares

José Manuel Albares

José Manuel Albares / Juan Manuel Yagüe

Mario Saavedra

Los controles de soldados británicos y el material militar de las bases de Reino Unido en Gibraltar son escollos del acuerdo al que se trata de llegar para definir las condiciones de la colonia tras la salida de la metrópoli de la Unión Europea. El tránsito de soldados sin control ha provocado más de un conflicto. Sin ir más lejos, la Policía española se vio obligada a devolver a Gibraltar a cuatro militares británicos que entraron irregularmente en España por separado y en varias ocasiones en el mismo día, como contó este diario el pasado 19 de marzo.

Para ello, se negocia como parte del Tratado qué controles se establecerán para los soldados británicos que entren por el puerto y el aeropuerto militar de Gibraltar. "Le confirmo que, lo que toca en estos momentos a la movilidad de los militares en la base es una de las cosas de las que estamos hablando", ha asegurado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en rueda de prensa este lunes en Madrid. "Y cualquier acuerdo va a permitir esa libre movilidad que queremos para Gibraltar y Campo de Gibraltar y cualquier aspecto relativo a eso quedará perfectamente controlado y definido".

El ministro ha invitado al Ministerio a una reunión a los alcaldes de los municipios de Campo de Gibraltar y representantes de la Junta. Entre otros, Juan Franco, alcalde de La Línea, que colinda con la colonia británica; el de Algeciras, José Ignacio Landaluce; el consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz; y Susana Pérez Custodio, presidenta de la Mancomunidad de Municipios.

A la salida, el representante de la Junta ha afeado al ministro la poca información que les ha dado en la reunión. Le ha acusado de falta de transparencia y ha reiterado su petición de que se les permita asistir a las reuniones en Bruselas, del mismo modo que se dejó al ministro principal de la colonia, Fabián Picardo, ir a la última reunión, algo inédito hasta la fecha. Antonio Sanz ha insistido en que tienen competencias, como las Medioambientales, que forman pare de las cuestiones que se están negociando, como el vertido de aguas residuales gibraltareñas en el mar que baña a la región.

España acordó con Reino Unido y la Unión Europea las “líneas políticas” del acuerdo sobre el aeropuerto, movilidad de personas y de mercancías el pasado 14 de abril, durante una inédita reunión en Bruselas del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares con su homólogo británico, David Cameron y el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Maros Sefcovic, que negocia con el Reino Unido en nombre de los Veintisiete.

Derribar la Verja

La Unión Europea, Reino Unido, España y Gibraltar aseguran estar en la recta final para llegar a un Tratado sobre Gibraltar, tras una veintena de rondas negociadoras. En él se debe definir, dentro del marco de lo acordado entre Londres y Madrid en la nochevieja de 2020, el encaje de la colonia británica dentro del espacio de libertad de movimiento europeo Schengen. Todas las partes tratan de negociar un "área de prosperidad compartida" en la zona, con tránsito fluido de personas y mercancías.

La intención del Gobierno de Pedro Sánchez es la de derribar la Verja, la línea de controles que separa a España de la colonia británica. El objetivo manifiesto es dejar las cuestiones de soberanía a un lado para solventar las prácticas que afectan al día a día de la comarca y a las más de 15.000 personas que cruzan. Son trabajadores españoles de Campo de Gibraltar que van a sus puestos en la colonia, pero también "llanitos" que tienen casas en las amplias urbanizaciones del lado español o van a hacer turismo.

Sobre el aeropuerto, los asuntos a resolver son muy peliagudos. Primero, porque está construido en el istmo, una trozo de tierra que España no entregó a Reino Unido durante los Tratados de Utrecht. Segundo, porque no es infrecuente que los vuelos que van hacia ese aeropuerto y no pueden aterrizar por cuestiones meteorológicas sean desviados hacia el de Málaga, que para los críticos opera en ocasiones como terminal subsidiaria. Se quiere que su uso sea conjunto. El ministro se ha referido a los vuelos comerciales con Madrid y Barcelona que ya tuvo, entre 2006 y 2011, como ejemplo de cooperación.

"Se trata de que pueda¡ haber, como entre 2006 y 2011, vuelos desde Madrid y Barcelona, para dinamizar y ayudar al desarrollo y economía de la zona", ha asegurado Albares este lunes en Madrid. "Me he despedido [de los alcaldes] diciendo que la próxima reunión pueda ser con un vuelo desde ese aeropuerto a Madrid". 

Pero quedan muchas cuestiones por resolver en el Tratado. Algunas son medioambientales, como el tratamiento de las aguas residuales de Gibraltar, que se expulsan sin tratar al mar. Otros se refieren a la cuestión del contrabando, uno de los negocios de la colonia, por la diferencia de precios a ambos lados. Este genera en ocasiones conflictos violentos a ambos lados y en las aguas que rodean al Peñón.