Turbulencias en el Cáucaso

EEUU y la UE redoblan la presión sobre Georgia por su polémica ley de agentes extranjeros de inspiración rusa

Tanto la Unión Europea como Estados Unidos, la OTAN e incluso la ONU, han condenado la iniciativa georgiana y han pedido a las autoridades que rectifiquen su decisión, que ya ha provocado semanas de multitudinarias protestas de activistas y opositores

Continúan las protestas en Georgia

Irene Savio

Irene Savio

Occidente aumenta su presión sobre Georgia. Tras la aprobación de la polémica Ley de Trasparencia sobre Influencia Extranjera por parte del Parlamento del país, controlado por el partido gubernamental Sueño Georgiano, tanto la Unión Europea (UE) como Estados Unidos (EEUU), la OTAN e incluso la ONU, han condenado la iniciativa georgiana y han pedido a las autoridades que rectifiquen su decisión, que ya ha provocado semanas de multitudinarias protestas de activistas y opositores en las calles de Tbilisi. Manifestaciones que se ha vuelto a repetir también este miércoles. 

“Instamos a Georgia a cambiar de rumbo […] esta legislación aleja [el país] de la integración europea y euroatlántica”, aseguró Farah Dakhlallah, portavoz de la Alianza Atlántica. Esta iniciativa es “muy decepcionante”, coincidió la secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejč Burić, que también puso el énfasis en que la iniciativa recibió el visto bueno parlamentario incluso antes de que se pronunciara sobre la propuesta la Comisión de Venecia, el órgano que ayuda a los países a cumplir con los estándares europeos.

Desde EEUU, el tono fue aún más elevado. La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, advirtió de posibles cambios en su relación con Georgia si aplica la también llamada 'ley rusa’. Y, en una tónica similar, el subsecretario de Estado de EE.UU. para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, James O’Brien, también avisó de posibles sanciones a los políticos georgianos que están apoyando la propuesta. “Si la ley sigue adelante fuera de la conformidad con las normas de la UE y se socava la democracia aquí y hay violencia contra manifestantes pacíficos […], entonces veremos restricciones procedentes de Estados Unidos. Suelen ser restricciones financieras o de viaje para los individuos responsables de esas acciones y sus familias”, precisó O’Brien.

Más protestas

Palabras inusualmente duras también llegaron de la propia ONU. El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, aseguró que la propuesta legislativa “socava gravemente las libertades de expresión y asociación”. Las secuelas de esta decisión “corren el riesgo de ser significativas”, añadió Türk, al pedir también una investigación por las denuncias de violencias policiales contra los manifestantes, algunos de los cuales fueron arrestados también este mismo miércoles. “La intimidación, las amenazas y las agresiones físicas a representantes de la sociedad civil, dirigentes políticos y periodistas, así como a sus familias, son inaceptables”, reiteraron en un comunicado conjunto también el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, y el comisario de Vecindad y Ampliación, el húngaro Olivér Várhelyi.

Unas noticias, las que llegaban desde fuera, que fueron recibidas en Tiflis con cierta euforia por los manifestantes que se oponen a la iniciativa gubernamental, especialmente por el grupo estudiantil Dafioni (Atardecer), que encabezó las protestas en la capital de Georgia desde temprano, una vez más ejerciendo como una verdadera fuerza de arrastre del descontento ciudadano. Aunque, entre la multitud, también había cierta incertidumbre por lo que ocurrirá ahora, ya que la presidenta del país, Salomé Zourabichvili, volvió a confirmar que no apoyará el proyecto legislativo y se reunió con algunos políticos europeos que en estos días se encuentran en el país.

Una situación, esta, que de momento no parece estar ejerciendo el efecto deseado en el Gobierno de Irakli Kobakhidze, que este miércoles seguía dando señales de que está decidido en llevar adelante sus propósitos iniciales. Algo que, si nada cambia, solo podría incendiar aún más los ánimos en este país sumido en la profunda crisis política de difícil solución.

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