Girona: Un dibujo que da resultados

Eusebio ha encontrado el dibujo para el Girona

Eusebio ha encontrado el dibujo para el Girona / EFE

Carles Rosell

Dos han sido los puntos de inflexión que el Girona ha vivido esta temporada y en ambos, el cambio de esquema ha tenido un papel importante. Llegó Eusebio Sacristán a Montilivi con su ‘libreto’. Venía avisado y sabía que le sería muy difícil enterrar la herencia de Machín de un plumazo. Tampoco lo pretendía. El objetivo era, al menos eso dijo en la presentación, dar continuidad al dibujo de su predecesor pero añadiendo sus propios “matices”. No cumplió con su palabra y no fue hasta después de perder contra el Eibar (2-3) y confirmar que los resultados no eran los esperados, que la presión de la plantilla le pudo. Hubo diálogo, reflexión, y el 3-5-2, aquel esquema que tan buenos resultados le había dado a este equipo, regresaba a escena. Funcionó tan bien que hasta Navidad, el equipo recordó a aquel que, un curso atrás, sorprendía a todos en su estreno en Primera. Hasta que regresaron los nubarrones. Una racha nefasta para abrir el 2019 puso a Eusebio contra las cuerdas. Diez jornadas sin ganar, adiós a la Copa y tocaba visitar el Bernabéu. Llegó entonces otro punto de inflexión, cuando el técnico decidió hacer borrón y cuenta nueva, reorganizar las piezas y cambiar, en cierto modo, la manera de jugar de los suyos.

De momento, el experimento ha funcionado. No fue flor de un día que, en Chamartín, el Girona saltara con cuatro defensas, apoyados de un pivote, y un solo punta por delante de dos interiores y un par de hombres de banda. Era el 4-1-4-1, algo que no se había visto en Montilivi. Así le ganó al Real Madrid (1-2), lo que reforzó todavía más la idea de Eusebio. No ha dudado el de La Seca y ha repetido su propuesta en las dos jornadas siguientes con buenos resultados. Desde que se cambió el dibujo, los rojiblancos no conocen la derrota. Han sumado 7 puntos de 9 posibles y han visto como el descenso, que llegó a estar a solamente un punto, se sitúa ahora a 8. A todo ello, otro dato positivo: la sangría en defensa se ha parado por completo. En tres partidos, el mismo equipo que encajaba jornada sí, jornada también, tan solo ha recibido un gol. Además, encadena dos partidos con el cero en su propia porteria: Real Sociedad (0-0) y Rayo Vallecano (0-2). 

El 4-1-4-1 ha beneficiado al colectivo, pero también ha servido para que algunos jugadores hayan mostrado su mejor nivel. Por ejemplo Alcalá, durante mucho tiempo en un segundo plano, se ha convertido en un central de lo más fiable y está de dulce, siendo titular indiscutible. Douglas Luiz, muy cuestionado desde hace meses, cada día se muestra más solvente como pivote defensivo. La única duda es saber si Borja García, uno de los hombres con más talento de la plantilla, continuará o no pegado a la banda, donde pierde potencial. Y arriba, en solitario, Stuani ha vuelto a sonreir. Su última exhibición, el viernes pasado en Vallecas, con doblete incluido para confirmar que, un año más, es uno de los delanteros más en forma del campeonato español.