El Girona se debilita en invierno

La salida de Ramalho rumbo a Osasuna ha dejado el equipo con sólo tres centrales para afrontar la segunda vuelta

Francisco sólo dispone de Santi Bueno, Bernardo y el lesionado Juanpe para el eje de la defensa

Imagen de archivo de Ramalho

Imagen de archivo de Ramalho / LFP

Marc Brugués

El mercado de invierno cerrado se ha cerrado y el Girona ha visto como perdía tres piezas y, por el contrario solo llegaba una. Teniendo en cuenta que dos de las bajas han estado dos porteros, Muric (Willem II) y Suárez (Nàstic), y que ha llegado Adrián Ortolá (Tenerife) para reforzar esta posición, no parece tan grave. Sí que lo puede ser, por el contrario, el adiós de Jonas Ramalho rumbo al Osasuna. El vasco, que tiene contrato hasta junio del 2022, jugará esta temporada a Pamplona a Primera en calidad de cedido. Una operación, pedida por el jugador, y a la cual el club, muy manatiado por el escaso límite salarial, no pudo responder con un sustituto.

De este modo, Francisco ha visto cómo se quedaba sin su recambio por excelencia a la defensa, ya sea en el eje o en los laterales, y como tendrá que acabar la temporada con Bueno, Bernardo y un Juanpe, que ya trabaja con el grupo pero que se ha perdido toda la primera vuelta -solo jugó a Gijón- por lesión.

A buen seguro que a Francisco no le debió hacer gracia saber que se quedaba sin Ramalho. Menos todavía, que no tendría sustituto y que tendría que encarar la segunda vuelta con solo tres centrales. Las necesidades económicas del club han acabado dejando el técnico con un eje central de mínimos en cuanto a efectivos. Un riesgo altísimo sobre todo teniendo en cuenta que los centrales están más expuestos a sanciones.

Francisco, que acaba contrato en junio, había pedido reforzarse para aspirar al play-off pero la situación económica de la entidad ha hecho que haya sido todo lo contrario y se ha debilitado. Habrá que ver como encaja estos movimientos que han restado potencial a su equipo el preparador andaluz.

Aday y Juanpe, últimos héroes

La baja de Ramalho también supone alejar todavía más el recuerdo del equipo que logró el histórico ascenso a Primera División el curso 2016-17. Cuatro temporadas después de aquel hito, y sin el de Barakaldo, Aday Benítez y Juanpe son los únicos supervivientes de la plantilla que llevó el Girona a la máxima categoría.

El traumático descenso del 2019, añadido al también dramático ascenso frustrado del año pasado contra el Elche, ha hecho que el núcleo de aquel Girona se fuera desarmando poco a poco y dejara a Juanpe y Aday como únicos héroes que resisten en el equipo.