Villa: el adiós de un mito

Se retiró hace apenas unas semanas ‘El Niño’ Torres y ahora es turno del otro pequeñajo, ‘El Guaje’, David Villa. Una dupla que dio espectáculo por todo el mundo y una de las artífeces de que en el pecho de España brille una estrella y figuren dos Eurocopas más al palmarés.

Asturiano y gijonés hasta la médula, David pone fin a su carrera de una manera que solo los privilegiados en el mundo del fútbol pueden presumir. Jugando una final. Algo se cocía ya cuando a inicios de siglo vistió la rojiblanca del club de sus amores. 38 goles que lo elevaron a la primera línea del fútbol español.

Tuvo que abandonar a los suyos para fichar por un Zaragoza que se llevó una ganga por apenas 2,7 millones de euros. Una Copa del Rey como primer título y ante el Real Madrid. Sin duda era un elegido.

En Valencia se hizo leyenda. 129 goles en 225 partidos y otra Copa del Rey al zurrón. Número que le valieron para fichar por el mejor Barça de la historia. Antes tenía que exhibirse en Sudáfrica donde sin duda fue el hombre de España en octavos y cuartos dando el pase a los de Del Bosque con sus dianas. 

Con la estrellita bordada en el corazón, se convirtió en la tercera pieza de encaje en el recordado tridente. La MVP que junto a un centro del campo formado por ‘Busi’, Xavi y su actual compañero en Kobe, Andrés Iniesta formaron un equipo casi invencible. Dos ligas y una Champions en Wembley para redondear una sala de trofeos casi insuperable.

La lesión a finales de 2011 mermó su futuro como azulgrana pero no como colchonero donde se apuntó otra liga antes de hacer las Américas. 

En la MLS se convirtió en mito de la liga y con todos los deberes hechos se ha dado unos últimos meses en Japón donde tiene la oportunidad de cerrar un círculo perfecto. Despedirse con otra Copa, esta vez la del Emperador y regalar así el primer título de la historia del Vissel Kobe. Falta de alicientes no le faltan al choque.

Iniesta, su socio

Envuelto en varias especulaciones sobre una posible marcha a la MLS, camino inverso al que ha hecho Villa, Andrés Iniesta llega a la final en plena forma. En ausencia del asturiano en las semifinales por unos problemas físicos que no le impedirán estar en la final, el de Fuentealbilla brilló con luz propia para guiar a los suyos a una oportunidad histórica de levantar un título. 

Con gol y el timón del equipo, nada extraño para él, tumbaron al Shimizu S-Pulse por 3-1 y se verán las caras a un Kashima Antler que es uno de los mejores equipos de la historia del país del sol naciente.

Es el equipo con más ligas y más Copas de la liga. En su palmarés también figuran hasta cinco Copas del Emperador. Unos registros que no son comparables a un Vissel Kobe que vive una de sus épocas doradas de la mano de estrellas mundiales como son Iniesta y David Villa.

Un estadio por estrenar

La final ante el Kashima Antler que disputarán la madrugada del 1 de enero, más concretamente a las 6.30h de la mañana en horario español, será el estreno oficial del nuevo Estadio Olímpico de Tokyo.

La infraestructura, que inició su construcción en 2012 tiene una capacidad de 68.000 espectadores y será la nave central en los próximos Juego Olímpicos y Paralímpicos que se celebran en verano de 2020. A siete meses del arranque de uno de los eventos del año, en Japón no quieren esperar y lo han asignado como el estadio de la gran final.

Con entradas agotadas, la despedida de David Villa apunta a un gran éxito. Además, el jugador ha superado las dolencias físicas que le acompañaban las últimas semanas y no tendrá problema en ser incluso titular. Solo faltará que el’ Guaje’ pueda levantar un título más para poner la cerecita a un pastel histórico. La despedida de un mito.