El aniversario más amargo de los Haaland

Se cumplen 20 años de la brutal entrada de Roy Keane que acabó con la carrera futbolística del padre de Erling Haaland

En sus memorias, Keane confesó que el 21 de abril de 2001 lesionó al noruego de manera premeditada en un derbi de Manchester

La criminal entrada de Keane a Haaland que le obligó a dejar a el fútbol

La criminal entrada de Keane a Haaland que le obligó a dejar a el fútbol / sport.es

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Es una historia de venganza, propia de otra época, pero que sucedió a caballo de los siglos XX y XXI: todo empieza el 27 de septiembre de 1997, en un partido entre el Manchester United y el Leeds United. 

El irlandés Roy Keane, jugador del United, se interna en el área rival, pero un jugador del Leeds, el noruego, Alf-Inge Haaland, se anticipa y despeja el balón.

Los jugadores apenas se rozan, pero la rodilla de Keane queda atrapada en el césped y él queda tumbado en el césped, retorciéndose de dolor. 

Haaland interpreta que el irlandés está fingiendo y le pide a gritos que se levante, que es imposible que se haya lesionado.

No era imposible. Keane no fingía. Tenía los ligamentos de la rodilla gravemente dañados y se pasó más de seis meses de baja.

Una venganza a fuego lento

Durante ese tiempo de baja, Keane rumió su venganza: no olvidó el gesto de Haaland y se prometió a sí mismo que se tomaría la venganza algún día. 

Lo intentó en noviembre de 1998, en otro partido entre el United y el Leeds, pero no logró ‘cazar’ a Haaland.

Keane reacciona con una violencia absolutamente imprevista: se olvida del balón y clava los tacos en la rodilla derecha de Haaland con toda la intención de dañar a su rival

Ese día llegó cuatro años después, el 21 de abril de 2001, hace exactamente 20 años. Haaland había abandonado Leeds (la ciudad en la que nació su hijo Erling, el delantero de moda en el fútbol europeo) para firmar por el Manchester City, que ese día visitaba Old Trafford en un derbi muy desigual. El United ya era campeón y el City se jugaba el descenso.

Una entrada salvaje

En el minuto 86, a Keane se le escapa un balón en una jugada inocua en el centro del campo. Falla en el control y Haaland se hace con el esférico limpiamente.

Pero Keane reacciona con una violencia absolutamente imprevista: se olvida del balón y clava los tacos en la rodilla derecha de Haaland con toda la intención de dañar a su rival. El árbitro le mostró la roja directa sin dudarlo. Keane se dirigió al vestuario sin protestar. Fue sancionado con tres partidos de castigo, que luego, cuando se supo la gravedad de la lesión de Haaland, se ampliaron a ocho. 

"Ya había esperado el suficiente tiempo. ‘Toma esto, cabrón’, pensé, ‘y nunca más vuelvas a ponerte sobre mí con cara de desprecio mientras yo estoy lesionado", le dije.

El City acabó bajando a Segunda división. Haaland aún jugó un partido más con el City y otro con su selección, pero tuvo que pasar por el quirófano para intentar solucionar sus problemas de rodilla. No pudo volver a jugar en la elite. Tenía 28 años.

Confesión y escándalo

En 2002, Keane publica sus memorias y admite que lesionó a Haaland de manera absolutamente premeditada. "Ya había esperado el suficiente tiempo. ‘Toma esto, cabrón’, pensé, ‘y nunca más vuelvas a ponerte sobre mí con cara de desprecio mientras yo estoy lesionado", le dije. 

La confesión de Keane generó un auténtico escándalo en Inglaterra: el Manchester City se planteó denunciar a Keane, pero la propia FA se adelantó, sancionándolo con cinco partidos y una multa –récord por entonces- de 230.000 euros, más o menos los beneficios que Keane se iba a llevar por la venta del libro. 

En 2005, una marca de vodka, VKD, realizó una encuesta entre 2.500 aficionados para elegir al tipo más duro de la historia del fútbol inglés. Keane, que acumuló 69 amarillas y siete rojas en su etapa en el United, fue el ganador, por delante de otros que también habían hecho méritos, como Vinnie Jones o Nobby Stiles. 

Adiós al fútbol

Después de la salvaje entrada que sufrió el 21 de abril de 2001, Haaland tuvo que resignarse a dar por concluida su etapa en el fútbol de elite. “Llevaba ocho años sin lesionarme. Aquellos fueron mis últimos 90 minutos completos. La gente puede juzgarlo como quiera. Luego me enteré que lo había hecho a propósito. Me parece un poco triste. Triste para el fútbol”, explicó posteriormente. 

Haaland regresó a Noruega y trabajó en el sector petrolífero. Ahora es el padre del delantero más pretendido por los grandes clubes europeos

Y el propio Keane admitía hace pocos días, en una intervención televisiva, que Haaland (hijo) sería un fichaje más que interesante para el Manchester United.