El Camp d'Esports, el fortín inexpugnable del Lleida Esportiu

El feudo de los de Ángel Viadero ha visto ya siete triunfos esta temporada y se enlazan con los dos últimos del pasado curso

El Camp d’Esports no veía algo similar a tal récord desde las campañas 1985/86 y 1986/87, hace 37 años con la UE Lleida

El Lleida Esportiu cuenta sus partidos en casa por victorias

El Lleida Esportiu cuenta sus partidos en casa por victorias / @SalvarLleidaEsp

Sebastián Vargas Rozo

El Lleida Esportiu no quiere distracciones en su liderato, menos ahora que es en solitario. Los leridanos comandan con mano firme el grupo 3 de la Segunda RFEF a base de goles y victorias contundentes, la última de ellas  el 3-0 al Andratx. El mediodía del domingo lo alegraron Ton Ripoll, Kevin y Chuli, que también lidera su tabla particular: la de goleadores. Es el único del grupo capaz de llegar a los siete tantos en las 13 jornadas. Max Marcet (Cerdanyola) y Ernest Forgas (Sant Andreu) se quedaron, de momento, en seis. 

Y es ya una realidad consumada que la temporada está tomando tintes históricos nada más comenzar. El Lleida Esportiu apunta a seguir despedazando récords, como el que obtuvo tras la goleada ante los baleares la pasada jornada con el noveno triunfo seguido en el Camp d’Esports: siete esta temporada y los dos últimos del pasado curso. De esta forma, los azulados superaron el registro de la campaña 2016/17, cuando se quedaron en ocho triunfos al hilo en su feudo, en aquellas épocas de Gustavo Siviero como técnico, acorde a los datos recopilados por el diario ‘Segre’. 

Y la marca no se queda ahí. La comparación para el dato se hace desde la refundación del equipo en 2011, ubicando a los de Ángel Viadero ya en un sitio histórico por llegar a cotas tan altas tras momentos tan complicados. Pero el Camp d’Esports no veía algo similar a tal récord desde las campañas 1985/86 y 1986/87, hace 37 años. La UE Lleida de aquel entonces se metió al bolsillo once victorias en cadena por la extinta Segunda B. Jordi Gonzalvo fue el director de orquesta de aquel camino que Viadero quiere retomar, todo en base al buen juego y los goles. De hecho, el Lleida Esportiu no se apuntaba tres tantos en un mismo partido en su feudo desde hace dos años, los mismos tres goles -o incluso más- que ha sabido meter en cinco de los siete triunfos en el Camp d’Esports este curso, el mismo número que le llevó sumar temporadas enteras como la 2014/2015, o en 2011. 

La superioridad que muestran los de la capital de la Terra Ferma también se refleja, naturalmente, en el apartado goleador. No hay equipo que le tosa en goles, acumulando ya 22 en las 13 jornadas disputadas. Le sigue el Europa, con 20, pero con 11 en contra por los 10 del Lleida Esportiu -la segunda mejor defensa tras los 9 recibidos por el Badalona Futur-. El goleador, Chuli, resulta clave para entender el poderío ofensivo, con siete tantos en doce choques, los mismos que marcó en toda su pasada campaña.  

Hay que seguir

El objetivo, eso sí, es centrarse en lo que sigue. El domingo habrá una visita la Penya Independent que, aunque invita al optimismo, no puede confundirse con estar confiados. A pesar de su 17ª plaza, los de Mario Ormaechea encadenan tres partidos seguidos sin perder -y solo una derrota en los últimos cinco choques-, sorprendiendo hace un par de semanas a la Penya Deportiva, a la que vencieron por 3-1. El Badalona Futur, tercero, tampoco fue capaz de vencerles en su feudo, sellando las tablas con el 1-1.  

Viadero ya lo avisó en conferencia de prensa: “El día que nos confiemos empezaremos a ser un mal equipo. Lo que nos ha traído hasta aquí es trabajar siempre como si fuese nuestro último partido. Siempre trabajamos igual, con el mismo respeto sea quien sea el rival y esto no lo podemos perder, porque en el momento en el que empiezas a verte superior a los demás empiezas a equivocarte”, destacó. La única manera de prolongar los buenos números y el gran momento será sin subestimar ningún adversario. 

Tras el partido ante los ibicencos, Cerdanyola en casa y el Europa fuera cerrarán un 2023 que puede ser la antesala a un 2024 histórico. Aún queda, pero la ilusión de lo conseguido hasta ahora es enorme