Periodistas argentinos critican a Messi

"¡Terminemos con los amigos de Messi!"

Las críticas a Leo Messi y a la selección argentina son muy duras por parte de un sector del periodismo

Los jugadores argentinos han recibido duras críticas

Los jugadores argentinos han recibido duras críticas / sport

Verónica Brunati

"¡Terminemos con los amigos de Messi!". "Son una generación de fracasados". "Se necesita urgente una renovación". "A Bauza los jugadores le arman el equipo". "La Selección lo que menos tiene es actitud. Actitud es cruzarlo a Coutinho en la primera pelota y marcarle la cancha". "Son unas ratas" .

Las críticas a Lionel Messi y a la Selección Argentina por parte de un sector del periodismo tiene la matriz despiadada de la destrucción de todo proyecto posible y de lo que queda de esta extraordinaria generación de futbolistas

Sumidos en una orgía mediática, los periodistas cultores del auto personalismo, profetizan acerca de lo que parece una evidencia para ellos: el fracaso de una generación de futbolistas liderarada por Lionel Messi. El espectáculo tiene todos los condimentos. Conflicto, gritos, exaltación del éxito y el fracaso y un culpable flanco de todas las críticas y los males: Lionel Messi. El show dentro del show viralizado en las redes sociales. 

El análisis de porqué esta selección no gana, la dimensión de Lionel Messi, su compromiso con el equipo de su país, el juego que lo perjudica, quienes son sus compañeros en el once, su rol de lider, el contexto adverso del conflicto de la AFA y el caos del fútbol argentino brilla por su ausencia. Lo que sí importa es verlo a Messi fracasando para convalidar el "yo lo anticipé", "yo le avisé" "y es por eso, usted espectador,  que debe confiar en mí porque lo que yo le digo es la absoluta verdad, y usted piensa como yo y los patrocinadores que me acompañan". El éxito es de algunos periodista el fracaso es de los futbolistas. 

Los jugadores se sienten fracasados porque los convencieron algunos voceros de los medios de comunicación hegemónicos y una parte de los hinchas del fútbol argentino replicando su discurso, que son unos fracasados. Llegaron a una final de un mundial, y dos finales de Copa América, algo que no hizo ningún otro equipo en la história, pero no las ganaron. La comparación con los Campeones del 86, reduce a estos jugadores a una generación descartable.

Romper con el micro clima del fracaso, parece la mayor dificultad que atraviesa ahora mismo la Albiceleste. Frente a este discurso dominante y deformante el mejor jugador del mundo y sus compañeros se sienten vulnerables. Lo manifestaron ayer. ¿Venímos de muchos resultados negativos, cuando nos golpean nos cuesta raccionar. Ya en esta dinámica ya no pensamos en el como sino solo en ganar. Cuando la cabeza no está bien las piernas no responden. Les pedimos paciencia a los hinchas en San Juan¿, confesó Lionel Messi. Sabe que en el primer error se escuchara el repudio de los silbidos. 

No se trata de no criticar a los futbolistas y al mal juego de la selección argentina, sino profundizar en las razones por las cuales se llegó a esta situación y analizar los caminos de las posibles salidas. Pero ese analisis escacea.

"Vayánse todos. Son todos perdedores y todos deben irse. Que vengan los nuevos. Si Messi no tiene ganas de jugar en la Argentina que no venga más". 

A partir del los años '90, a caballo del modelo social económico neoliberal que se instaló en la Argentina, se estableció un paradigma de pensamiento que pondera el éxito y desprecia el fracaso. El Bilardismo versús el menotismo no es otra cosa que el duelo entre dos corrientes de pensamiento futbolístico, que también fue llevado a los medios de comunicación en una lucha de poderes. Y el periodismo triunfante de las corporaciones alzó las bandera del resultadismo con el slogan: el éxito es lo único valedero. El que pierde es un fracasado. El segundo es el campeón de los fracasados.

Ese discurso convalida además las formas ilegales de ganar: si no podés ganar por lo legal hay que ganar por lo criminal. Como pegandolé a Coutinho. Hace tan solo una semana, cuando se conoció la sanción de FIFA a Bolivia, que relegó a la Selección Argentina al sexto puesto de la clasificación para Rusia 2018, los dirigentes del fútbol argentino lamentaban que no estuviera Julio Grondona, el ex pmandamás de la AFA, fallecido en 2014 para resolver el asunto y devolver a la Selección al puesto de repechaje. ¿Esto con Grondona no pasaba¿, se lamentaron. Extrañaron de Don Julio  no tener la influencia, ni la inteligencia, ni el poder de soborno y extorsión de quien fuera el vice presidente de Joseph Blatter en FIFA. 

En los '90 inquietó al discurso del resultadismo la aparición de Marcelo Bielsa al frente de la Selección Argentina. Esta generación es heredera de su proyecto de formación: con el Loco en la absoluta y José Pekerman en juveniles Argentina ganó cinco Copas del Mundo en el período entre 1995 y 2007. Fue José y su segundo,  Hugo Tocalli quienes trajeron a Messi a la Selección, evitando que eligiera jugar para España. Pero el fracaso de la Selección Mayor, en Corea Japón sentenció la suerte de Bielsa como entrenador de la Argentina y su proyecto, al cual se lo considera por  un sector de la prensa y la afición como un fracaso.. Para Bielsa "el éxito es deformante, el fracaso es formativo", toda una declaración de principios que se contrapuso al discurso dominante pero caló hondo en algunos jugadores como Javier Mascherano.  

Se exacerba la manera que se vive el fútbol en la Argentina. Lo determina todo porque el fútbol es el componente cultural donde se contruye buena parte de la identidad simbólica de los argentinos.

Cierta idea de éxito se convalida con las sublimaciones de las frustraciones de buena parte de la sociedad. Son los mimos que miran de reojo la perfección de Lionel Messi, los que la contrarrestán con la personalidad  avasallante de Diego Maradona, el héroe imperfecto.

Como dice el escritor Ariel Scher, "se vive fracasando demasiadas cosas en la vida. Y por eso es insoportable perder en el fútbol (…)Habrá que aprender que en el resto de las cosas no estamos perdiendo, sino nada más viviendo". 

Probablemente sea para Messi y los suyos la batalla más dificil de librar convencer de que no se proponen fracasar sino triunfar. Y converserse a pesar de los resultados y los bramidos de un sector de la prensa y de los aficionados que fracasar es otra cosa. Fracasar es no intentarlo. Es no tener la posibilidad, de ganar, empatar o perder. Y estos jugadores todavía siguen intentando ganar.