La polémica soltera de 'First Dates' que ataca a Madrid: "Los madrileños sois unos catetos"

Lina, una joven rusa criada en Granada, se llevó las manos a la cabeza al escuchar hablar a su cita

"¿Cómo que dila? Dile, será dile", le corregía la joven a Atila, su cita en el programa de Cuatro

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Atila y Lina en First Dates. / SPORT.es

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Como solemos comentar siempre, 'First Dates' es ese programa que tiene mucha facilidad para dejarnos con momentos bonitos y otros más surrealistas, incluso con algunos que son de bastante mal gusto, las cosas como son. Sin duda alguna, lo que genera el programa de Cuatro es un autentico fenómeno.

Los protagonistas de este post son dos de los comensales del restaurante de 'First Dates': Atila y Lina. Para empezar, llegaba primero Atila, un joven que se definió como un aventurero al que le gustaba mucho ir por el campo. Al verle, Carlos Sobera le ha preguntado por su ropa y este le ha dicho que se dedica al mundo de los rodajes con coches americanos. Y es que es mecánico especializado en vehículos clásicos. Además, este añadía que su prototipo de chica son las nórdicas, de piel clara y no le disgustaría algún que otro tatuaje, "le dan el toque", afirmaba.

Por su parte, su cita fue Lina, una joven rusa que decía ser cabezota y echada para adelante. A Atila le ha encantado la primera vez que la ha visto. Le ha encantado que fuera rusa y que viviese en Madrid. Pero lo que más le ha llamado la atención al chico es que tuviese acento de Granada. Ella le ha contado que vivió nueve años en un pueblo de la costa y que se le había pegado.

Durante la cita mencionada del programa de Cuatro, Atila dijo un laísmo, algo que Lina no soporta, por lo que se ha llevado las manos a la cabeza: "No puedo con el laísmo, sois unos catetos los madrileños". El joven no podía creer que le acabasen de llamar cateto. "¿Cómo que dila? Dile, será dile", le corrigió ella. El chico ha preferido no meterse en polémicas, pero ha dicho que "en el sur se comen las palabras".

Por otro lado, y al margen de ese ligero encontronazo, los dos han descubierto que buscaban lo mismo en una relación: que fuera tradicional y no tener hijos. Eso sí, a veces cuando algo suena demasiado bien para ser verdad, puede que no lo sea, o al menos esa parece ser la opinión de la joven.

A Lina no le cuadraba que tuvieran tantas cosas en común y ha desconfiado de su palabra. Por ello, le ha dicho que no quería tener más citas con Atila al sentir que solo estaba diciendo lo que ella quería escuchar.