El "peor vino" de supermercado a tan solo 2,5 euros se alza con la medalla de oro en un prestigioso concurso

La inscripción de este producto fue parte de un experimento por parte de un programa de televisión belga

Este "engaño" tuvo lugar en el concurso Gilbert et Gaillard

El sacacorchos eléctrico que abre cualquier botella de vino en ocho segundos

El sacacorchos eléctrico que abre cualquier botella de vino en ocho segundos

Sport.es

En el fascinante mundo de los vinos, la elección de una buena botella puede resultar todo un desafío para los consumidores. Es por eso que las premiaciones, puntuaciones y medallas que lucen en las etiquetas de los vinos se convierten en una guía valiosa para asegurar una elección acertada.

Conscientes de esta dinámica, el equipo del programa de televisión belga On n'est pas des pigeons (No somos tontos) decidió llevar a cabo un sorprendente experimento. Se propusieron enviar "el peor vino" que encontraron a un prestigioso concurso. El elegido fue un tinto de 2,5 euros adquirido en un supermercado. Para aumentar su atractivo, le quitaron la etiqueta original y le dieron un nombre más llamativo: Le Château Colombier.

Decidieron inscribirlo en el reconocido concurso internacional Gilbert et Gaillard, que goza de gran prestigio en el sector vinícola. El costo de participación fue de 50 euros, a los que se sumaron otros 20 euros para realizar un análisis del vino que el certamen exigía para conocer su composición exacta. Aunque esta prueba suele ser obligatoria en este tipo de competiciones, en este caso no se verificó su autenticidad.

Contra todo pronóstico, la modesta botella de 2,50 euros logró obtener la codiciada medalla de oro y la siguiente valoración: "Paladar suave, nervioso y rico con aromas limpios y jóvenes que prometen una agradable complejidad. Muy interesante".

El objetivo era demostrar cómo algunos certámenes carecen de criterios sólidos y caen en la superficialidad. "Hay concursos anglosajones que están destinados a hacer dinero... La inscripción es muy cara, el transporte es muy caro, para conseguir medallas de broma", explica el sommelier Eric Boschman, quien seleccionó el vino que se coronó como ganador.

Además, según revela el programa, en muchas ocasiones los jurados no son expertos, sino voluntarios que son aceptados para realizar las catas, lo cual pone en entredicho la calidad de los resultados obtenidos.