Examen a Xabi Alonso rumbo al triplete

El intratable Bayer Leverkusen recibe a una Roma que buscará la épica luchando por una plaza en la final de la Europa League

Xabi Alonso acaricia la final y el triplete

Los jugadores del Bayer Leverkusen celebran un gol

Los jugadores del Bayer Leverkusen celebran un gol / EFE

Christian Blasco

Christian Blasco

La Roma no tiene más opción que encomendarse a una remontada llena de épica. Ante un Bayer Leverkusen pletórico, con una ventaja de dos goles a favor de los alemanes y jugando fuera de casa, las opciones de los italianos de remontar el 0-2 de la ida parecen ínfimas.

La contundente victoria, que pudo ser incluso más amplia, lograda en el Olímpico de Roma hace tan solo una semana le da a los de Xabi Alonso un margen muy importante para el partido en casa. Por si fuera poco, el momento que vive el conjunto alemán es idílico, tras haber ganado la Bundesliga y a solo tres partidos de lograr un triplete histórico.

La vuelta ante la Roma, la hipotética final de la Europa League ante el ganador del Atalanta - Olympique de Marsella y la final de la DFB Pokal ante el Kaiserslautern, equipo de la segunda división alemana. De cumplir su objetivo ante el conjunto romano, solo quedarán dos finales por delante, en las que el Leverkusen será muy favorito, para lograr los tres títulos y agrandar la heroicidad de una temporada que ya es histórica.

Tras golear en la última jornada al Eintrach Frankfurt (1-5) con muchas rotaciones, ya son 48 partidos invicto para el equipo de Xabi Alonso. Ante la Roma, además, el técnico contará con toda su plantilla sana y la única 'novedad' que se espera es que Kovar, el portero de las copas, sea titular bajo palos.

Una Roma ¿sin Dybala?

Por su parte, la Roma tiene muy complicado llegar a su tercera final europea consecutiva, tras ganar la Conference League en 2022 y caer en la final de la Europa League ante el Sevilla en 2023. Los de Daniele De Rossi no llegan en su mejor momento de la temporada.

En los últimos 5 partidos, el conjunto romano solo ha logrado sumar una victoria. Mientras tanto, ha caído ante el Bologna de Motta y el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso y ha empatado ante el Nápoles y ante la Juventus. Encuentros complicados donde los resultados no han sido, ni mucho menos, los esperados.

Paulo Dybala, clave en la Roma de De Rossi

Paulo Dybala, clave en la Roma de De Rossi / AP

Por si fuera poco, los italianos llegan al partido con la gran duda de Paulo Dybala. El argentino, jugador capital en el equipo y capaz de cambiar el signo de la eliminatoria con su zurda, fue sustituido al descanso del partido ante la Juve y su presencia en Alemania no será segura hasta el último momento.

Si estará, para jugar de titular, el turco Zeki Çelik, que se perdió el partido de ida por una expulsión en cuartos ante el Milan. Curiosamente, su sustituto en el primer partido ante el Leverkusen, Rick Karsdorp, quedó señalado por su actuación y sus errores, siendo el primer cambio de De Rossi, que dio entrada a Angeliño en el minuto 62.

Aubameyang busca su final

En la otra eliminatoria, Atalanta y Olympique de Marsella se verán las caras tras el 1-1 de la ida en Francia. El conjunto liderado en el ataque por Pierre-Emerick Aubameyang tuvo ocasiones para llevarse un sólido triunfo en el primer partido, pero la falta de puntería les obliga a jugarse el pase a la final en territorio hostil.

Aubameyang no deja de recibir elogios en Marsella

Aubameyang no deja de recibir elogios en Marsella / EFE

Para el equipo de Gasperini se trata de una oportunidad histórica, ya que sería su primera final europea en la historia, mientras que para el Marsella puede ser la única opción de competir en Europa la próxima temporada. Para los de Gasset sería la cuarta final en la segunda competición continental por excelencia.

La Atalanta se encomienda al gran estado de forma de sus jugadores, representado por un Scamacca que continúa su idilio con el gol. Frente a él tendrá a un Aubameyang que está viviendo una segunda juventud en Francia, tirando del carro del Marsella y logrando unas cifras de goleador implacable. La batalla está servida.