78-59

Jaycee Carroll lleva al Madrid a ganar la ansiada Euroliga

El escolta del Madrid, Jaycee Carroll, relanzó a su equipo a base de triples ante el Olympiacos (16 puntos) y lideró a los blancos al título de la Euroliga (78-59). El Madrid ha necesitado 20 años para alcanzar la corona europea después de dos intentos fallidos consecutivos

MARCOS FERNANDEZ (MADRID)

20 años tuvo que esperar el Real Madrid para acabar con su sequía en Europa. De nuevo ante Olympiacos, los blancos conquistaron su novena Euroliga, tras vencer a un pobre conjunto griego por 78-59. La paciencia, enemiga habitual en el mundo del deporte, especialmente en la casa blanca, tuvo recompensa esta vez, y Pablo Laso, el hombre que ha devuelto a los merengues a la élite europea pese a estar eternamente discutido desde su llegada al banquillo, consiguió hacerse tras su tercera final consecutiva, con el ansiado trofeo.  

Y eso que el inicio no fue fácil para los blancos. Pese al acierto inicial (6-1), a los de Laso se les atragantó pronto la defensa de Olympiacos. Los griegos encontraron además a un inspirando Matt Lojeski en ataque, que con 10 puntos lideraba la ventaja de los suyos al final del primer cuarto (15-21). Con el Real Madrid atascado, Laso desempolvó su arma de desequilibrar partidos: Sergio Rodríguez. Pero, pese a la entrada del canario, a los blancos les seguía costando horrores anotar en estático, y solo la agresividad defensiva de Nocioni, requerida en este tipo de partidos, mantenía el choque con igualdad. Hasta que apareció el héroe inesperado: Jonas Maciulis. El lituano, con 9 puntos, despertó a los blancos, que le daban la vuelta al partido al llegar al descanso (35-28), con Olympiacos perdonando demasiado desde el tiro libre (6/14). 

El Real Madrid, consciente de la capacidad innata de los griegos para sobrevivir en los encuentros, salió de los vestuarios con la intención de romper el partido, pero Olympiacos, que desconoce el significado de rendición, regresaron al choque con un parcial de 0-12 (40-41, min.27). Pese a todo, los blancos no se vinieron abajo, y despertó otro de los secundarios: Jaycee Caroll, que entró en uno de sus trances habituales (11 puntos consecutivos), para estirar la ventaja hasta el 53-46 con el que se llegó al final del tercer cuarto. 

10 minutos le quedaban a Olympiacos para volver a obrar otro milagro, que pasaba, principalmente, por la aparición de un desacertado Spanoulis. El griego, una sombra de su mejor versión, intentaba encontrarse a sí mismo con lanzamientos a la desesperada, que a diferencia del encuentro ante CSKA no encontraron fortuna. Su equipo, murió con él. Nocioni, MVP de la Final Four, remataba a los de Safiropoulos, que con indignos porcentajes desde el tiro libre (46%) y el triple (21%) terminaban por enterrar sus opciones. Los blancos controlaron la ventaja, y el resto ya es historia. Como los 20 años de desencantos que terminan con el título en Madrid.