El Villarreal B retrata a un endeble Espanyol

Derrota contundente y con justicia en La Cerámica (3-1) de un Espanyol demasiado vulnerable y preso de sus enésimos errores atrás. El Villarreal B domó a los blanquiazules, que sólo se mantuvieron en el encuentro gracias al gol de Puado cuando el luminoso mostraba el 2-0. Los tantos de Lekovic y el doblete de Pascual, con sendos golazos, vuelven a bajar a los catalanes del liderato.

Sabía Luis García del peligroso juego del 'Mini Submarino'. Por ello, el técnico apostó por una zaga con tres centrales para contener el endiablado ritmo de los partidos de los de Miguel Álvarez. Una apuesta, la primera vez este curso, que no terminó de salir bien. Y no por el planteamiento en sí, sino por las desconexiones de sus pupilos.

Empezaba cuesta arriba la noche cuando Pacheco desempolvó la capa de héroe nada más sonar el silbato. Detuvo un lejano tiro de Lanchi en el que no blocó el cuero pero su reacción fue de aúpa: pie mágico para negar en boca de gol el tanto a Alberto del Moral. Poco después, Ontiveros probó un disparo desde más allá de la medular que el meta sacó muy atento porque se colaba. En ese córner ya no pudo más. En una jugada de la siempre trabajada estrategia de los de Miguel Álvarez, Lanchi ganó el salto a Cabrera en el segundo palo y el central Lekovic la mandó a guardar pegándole tal como caía.

Sacó un poco la cabeza el Espanyol, con un chispazo de Ramos que Puado no pudo aprovechar y con un intento de vaselina de Pere Milla tras un gran balón de Omar a la espalda de la zaga. Un espejismo. Superado el ecuador de la primera parte Pascual puso de mala leche a Luis García. Una mala salida entre Ramon y Aguado la aprovechó el delantero, que ante la pasividad de la zaga pudo pensar para ajustar el balón al palo largo dejando en nada la estirada de Pacheco.

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Ontiveros, en una contra con la defensa muy mal colocada, pudo meter más el dedo en la herida. Y del 3-0 al 2-1. Si el Villarreal B ha encajado en todas las jornadas es por algo. Una buena jugada de Omar por la derecha culminó en un centro que Espigares no despejó bien. Puado esprintó como si no hubiera un mañana y mandó el balón ajustado a la madera para dar vida a los blanquiazules. Sobre todo a los cerca de 200 que se desplazaron pese a ser lunes.

Cambio de dibujo

Al descanso la mejor noticia era sin duda el resultado. Y Luis García cambió el dibujo para volver al 4-2-3-1 dando entrada a Oliván y Melamed por Ramon y Sergi Gómez. En otra jugada de estrategia el Villarreal B quiso volver a asustar al Espanyol. La semichilena de Lekovic esta vez se marchó alta. Respondió Martin Braithwaite en una de las pocas que tuvo con un disparo a la media vuelta que se fue lamiendo el vertical.

Estaba mejor en el verde el elenco perico. Oliván, providencial en un par de intentonas castellonenses de Romero y Lanchi, daba confianza a una zaga que no tardó en volver a las andadas. Calero se comió el amague de Pascual y dejó un latifundio en el carril central. El punta, con opciones a derecha e izquierda, optó por un 'Juan Palomo' y desde el balcón del área teledirigió el balón a la escuadra.

En plena zozobra visitante, Ontiveros buscó un 4-1 que Pacheco salvó sobre la línea tras escurrírsele el balón entre las piernas. El epílogo de una noche para el olvido fue la lesión de Pol Lozano, sustituido con problemas en la parte trasera del muslo. Al menos tuvo minutos Keita Baldé, que volvía tras su paso por la enfermería. Dura derrota que vuelve a sembrar dudas en los de Luis García.