La fe tuvo su premio para el Espanyol

Buenas sensaciones para los pericos tras el debut puntuando en Balaídos

“El equipo ha sacado lo que lleva dentro, su valentía y coraje”, dijo el debutante Edu Expósito

Los jugadores pericos celebrando el gol de Joselu

Los jugadores pericos celebrando el gol de Joselu / EFE

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Tras la montaña rusa de emociones vividas en Balaídos, es momento de sentarse en frío a ver lo sucedido. Seguro es lo que Diego Martínez hará de cara a las próximas jornadas, analizando la poca efectividad de la primera parte, cuando realmente dominaron pero sin marcarle a Marchesín. En dos zarpazos, Aspas y Paciencia inclinaron la balanza en favor de los gallegos, y parecía que el estreno del nuevo proyecto iba a sucumbir en Vigo. 

Pero en la vida hay premio para el que nunca deja de creer, y ese fue el caso de los blanquiazules, que intentaron -con más ganas que fútbol- llegar a la igualada. El gol de Edu Expósito fue puro corazón, como su celebración marcando en su estreno. Y, a nada de terminar el partido, un error infantil de Mingueza fue el que les puso a celebrar. El defensor ingresó al campo y, casi en la siguiente jugada, derribó a Joselu, el encargado de materializar la fe perica. Quizá no fue por el brillante colectivo que se consiguió, pero para Martínez y su cuerpo técnico es mejor corregir puntuando.

CUESTIÓN DE CREER

El mismo Expósito, que goleó nada más ponerse la elástica blanquiazul -o rosa, en este caso- lo vio como una cuestión de amor propio: “En la primera parte estuvimos bien, incluso dominamos, pero nos marcan al final. Y después su segundo gol nos hizo mucho daño porque era cuando mejor estábamos. Es un punto de fe, de no dejar de creer. Después de ir perdiendo 2-0, el equipo ha sacado lo que lleva dentro, su valentía y coraje, para sumar un punto que es oro”, dijo.

Lo cierto es que al equipo aún le queda algo de trabajo por hacer, más cuando la primera parte contó con su dominio total y se marcharon al descanso con un 1-0 en contra en la bolsa. No entraron las oportunidades generadas, no fueron suficientemente contundentes ni se puso en peligro real la portería contraria, asuntos que Diego Martínez trabajará de cara a las próximas jornadas. Por fe no será el problema en un equipo que demostró que puede sufrir y creer hasta el final.