El 'Darderismo' clasifica al Espanyol como primero

El Espanyol alarga el récord en el último suspiro

 El Espanyol empató ante el Ferencvaros en el último minuto y alarga su imbatibilidad europea / MEDIAPRO

Alba López

Hizo los deberes a medias el Espanyol en Budapest. No consiguió la victoria que le clasificaba como primero de grupo sin esperar resultados de terceros, pero el empate del Ludogorets en Moscú unido a su igualada en Budapest lo sitúa en dieciseisavos como cabeza de serie, donde su rival saldrá del bombo de los segundos clasificados. En un final de auténtica locura, Darder se disfrazó de héroe blanquiazul en la última jugada del encuentro para conseguir el tanto del empate espanyolista (2-2) con un cabezazo llegando como un tráiler desde atrás después de que el Ferencvaros se hubiera adelantado en el marcador de penalti en el minuto 90. La racha del Espanyol sin perder en Europa aumenta hasta los 26 partidos de milagro. La mejor noticia, sin embargo, es que el 'Darderismo' está de vuelta. 

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Europa League

2
2
Alineaciones
Ferencvaros
Dibusz; Lovrencsics, Blazic, Frimpong, Civic; Siger (Skavarka, 86'), Kharatin; Isael, Nguen, Varga (Zubkov, 60'); Boli (Signevich, 82').
Espanyol
Diego López; Lluís López, Calero, Dídac Vilà; Corchia, Pol Lozano, Iturraspe, Granero (Moha, 69'), Pipa; Melendo (Calleri, 80'), Campuzano (Darder, 87').

Pablo Machín ya había avisado en la previa que iba a introducir bastantes cambios en su alineación respecto al último encuentro liguero ante el Getafe y no falló a su palabra. El soriano sólo mantuvo en el once a Diego López en portería, Calero en defensa y Campuzano arriba. Se habían quedado fuera de la lista titulares habituales como David LópezMarc RocaVíctor Sánchez o Wu LeiJavi LópezPiattiNaldoFerreyra Vargas, por su parte, causaban baja por lesión.

La apuesta del técnico por Corchia Pipa para ocupar los carriles (derecho el francés y zurdo el canterano) no fue una sorpresa. Como tampoco la inclusión de futbolistas con peso dentro del grupo como Granero MelendoLluís LópezCalero Dídac Vilà configuraron la línea de tres centrales; y Pol Lozano e Iturraspe completaron la sala de máquinas blanquiazul.

Tanto cambio, sin embargo, desarticuló los automatismos que el equipo había adquirido desde la llegada de Machín al banquillo. Y lo acusó el Espanyol en el arranque a pesar de que tuvo paciencia para hacer circular el balón de un lado a otro en busca de espacios. Le bastó al Ferencvaros con acumular hombres atrás para cerrar todas las vías de ataque pericas.

En pleno arrebato húngaro llegó el primer gol del encuentro, obra de Siger en una acción llena de fortuna. Isael envenenó con un golpeo dulce una falta escorada desde su casa y tras golpear el balón en el palo fue a parar muerto a las botas del centrocampista de las 'Águilas Verdes', que superó a Diego López con un zapatazo de primeras inalcanzable para el meta.

No acusó, no obstante, el Espanyol el golpe y se recompuso con prontitud. De tal modo que menos de diez minutos después ya había neutralizado la ventaja del Ferencvaros. Pipa ejerció de Juan Palomo en banda izquierda para llegar hasta línea de fondo, superar a su par con un cañito delicioso y servir en bandeja el empate a Melendo, cuyo disparo desde el punto de penalti no fue bueno pero terminó en la red porque tocó en un rival.

Tuvo entonces el Espanyol cinco minutos de buen fútbol que pudieron hacer caer la balanza de su lado antes del descanso. Lo evitó el buen hacer de la defensa húngara, que aunque no encontró antídoto para las cabalgadas de Pipa por la siniestra capeó el temporal como pudo. Si de algo va sobrado este Espanyol es de calidad por ese perfil del campo.

Hasta la locura final

Tras el paso por vestuarios insistió el conjunto blanquiazul y a punto estuvo de sacar petróleo Granero a la salida de un saque de esquina. El Pirata vio a Dibusz, el portero del Ferencvaros, fuera de sitio y le buscó las cosquillas con un lanzamiento directo que no encontró las mallas de milagro.

También a balón parado respondieron los pupilos de Serhiy Rebrov, aquel mítico delantero del Dinamo de Kiev en la época de ShevchenkoIsael colgó con música el cuero desde el córner y a Siger, autor del primer tanto de las 'Águilas Verdes', le faltó un par de números de bota para levantar al público de las gradas del Groupama Arena.

Puso más leña al fuego el técnico del Ferencvaros con la entrada de Zubkov, un zurdito de mucha clase cedido por el Shakhtar en Budapest. Pero fue el brasileño Isael quien rozó el segundo tanto verde en un latigazo desde el borde del área que se encontró con la madera. Había tocado a rebato el conjunto húngaro, que buscaba la portería espanyolista con frenesí. 

La solución de Machín fue dar entrada a Moha por Granero. Y casi le rinde réditos al soriano de inmediato, pues poco después Campuzano perdonó lo imperdonable ante Dibusz. Por aquel entonces el partido ya se había roto por completo, lo que desembocó en un penaltito absurdo de Calero. Arregló el desaguisado Diego López deteniendo el lanzamiento desde los once metros, pero tuvo que sufir el Espanyol hasta el final para ampliar la racha de partidos sin perder en Europa hasta la cifra de 26, porque Skavarka no perdonó el segundo penalti que le pitaron a favor al Ferencvaros y de no ser por el oportunismo de Darder en la última jugada del partido (el centro se lo puso Pipa) el cuento de hadas blanquiazul en Europa hubiera llegado a su fin en Budapest.