Lo Celso, el mejor socio de Messi

Messi volvió a la selección para ganar, pero no puede hacerlo solo.  Ya son demasiadas las veces que el eterno ‘10’ se ha echado la ‘Albiceleste’ a la espalda, quedándose a las puertas de la gloria. Brasil 2014,  Chile 2015, Estados Unidos 2016... Una prórroga y dos tandas de penaltis que han privado al rosarino de los títulos que ha acumulado con la zamarra blaugrana. 

Tras el naufragio experimentado en Rusia bajo la turbulenta dirección de Jorge Sampaoli, el debutante Lionel Scaloni  ha centrado sus esfuerzos en elaborar una lista más equilibrada, capaz de rendir como bloque y explotar al máximo las virtudes del ‘10’. Un ecosistema con poco rodaje debido a las exigencias del calendario, pero en el que destaca una pieza clave  como socio preferente del capitán y estrella: el bético Giovani Lo Celso. 

El aliado necesario

Ya se le presuponía más presencia en el pasado Mundial, pero Sampaoli optó por relegarlo en favor de la vieja guardia con funestos resultados. Casi un año después y tras una excelente temporada en el Benito Villamarín, el centrocampista rosarino se ha ganado la titularidad con la selección argentina. 

En gran medida, por el entendimiento que ha mostrado con Messi, sobre todo en el último amistoso frente a Nicaragua. No solo por el pase de gol que le sirvió el bético, sino porque dio la sensación que ambos se buscaban constantemente en la zona de tres cuartos.

Y se entendían a las mil maravillas, en corto y al espacio. Con su visión de juego, capacidad de conducción y habilidad para el toque, Lo Celso se antoja como una figura clave para conectar con el doble pivote, asociarse frente al área y dar el último pase. 

Alguien que engrase la sala de máquinas ‘albiceleste’,  cuya obstrucción en Rusia obligó tantas veces a Messi a recibir lejos de la zona de peligro. Y, al mismo tiempo,  Lo Celso es un jugador de calidad contrastada capaz de complementar a Leo cerca del área y darle el último pase. 

Al fin y al cabo, salvando las distancias, el de Lo Celso es un rol parecido al que jugaron con anterioridad Gago o Banega, pero de mayor creatividad y presencia en el último tercio de campo. Un complemento que libere y potencie a Messi, una alianza sobre la que Argentina puede cimentar sus opciones para ganar una Copa América 26 años después. La primera y merecida de Leo.