Ciclismo

A Través de Flandes, una historia de locos solidarios

El belga Jens Debusschere se impuso en Waregem donde concluyó la clásica A Través de Flandes, una prueba marcada por los dos atentados de Bruselas, con un desenlace sorprendente y de alta tensión. 

Debusschere

Las imágenes del sprint son una lección magistral de lo que no hay que hacer, en el caso de Bryan Cocquard, y al mismo tiempo de como se lanza una 'bici' para ganar al rival. / AFP

A. Bernaus

Los portales quieren, necesitan, grandes estrellas del deporte que les aseguren miles de 'clics' solo por el nombre propio. Debusschere, de 26 años, no es uno los 'craks' del pelotón. Hace dos años se hizo campeón de su país y hasta ha ganado el Gran Premio de Valonia y una etapa de la Tirreno-Adriático. Todo eso es insuficiente para ser una figura de los 'clics'. Pero ayer se hizo famoso por seguir las enseñanzas más elementales que han transmitido  los mejores sprinters del mundo. En el sprint final, mientras el francés Bryan Coquard, que iba por delante, soltaba el manillar para comenzar a celebrar la victoria, Debusschere lanzaba su bicicleta a lo Freddy Maertens rebasándole sobre la línea de meta. 

Aún hay bastante más. La semiclásica A Través de Flandes estuvo marcada por los atentados de Bruselas dos días antes. En Roeseler, de donde es originario Debusschere, el pelotón rindió un sentido homenaje a las víctimas, concretamente en la Plaza de Roulers. Varios equipos eran contrarios a que se disputara la carrera, entre otras cosas porque muchos de sus corredores no pudieron llegar a Bélgica pior el cierre del aeropuerto. Otros, como Giant, consideraban que pese al estado de alerta 4 decretado por el Gobierno había que seguir adelante. La presentación se las formaciones se hizo sin música, en silencio y con numerosos crespones negros. En ese pelotón solo cuatro corredores de Movistar estuvieron presentes en la línea de salida, Andrey Amador, Fran Ventoso, Juanjo Lobato y Jasha Sütterlin. 

Jelle Wallays, el ganador del 2015, anunciaba  "la formación de un pelotón contra el terrorismo" que abordó los 200 Km. y la docena de cotas durísimas hasta Warengem

A 10 Km. de la llegada, el belga Greg Avermaet, ganador de la Tirreno Adriático, lanzó un contundente ataque rompiendo el grupo de cabeza. La persecución fue espectacular porque a 4 Km. tenía 15" de ventaja y a 1 Km. todavía le quedaban 5". Fue atrapado a 250 metros por los lanzadores de los velocistas. Y entonces se produjo la monumental pífia de Cocquard, un pistard de 23 años que en los Juegos de Londres logró la medalla de plata en Omnium. Se creyó ganador y fue devorado por la experiencia de un clasicómano belga.