El Bayern puede con la fe de Casemiro

Probablemente acabarán pasando ambos, pero el estado de forma del United es preocupante. Lo comprobó el Bayern que hurgó en la herida de los ‘red devils’ en el debut en la Champions League con su victoria por 4-3 en el Allianz Arena. Solo la fe de Casemiro, dos goles en el tramo final, pudo dar un susto inesperado a los de Tuchel.

Los primeros minutos en el Allianz nada tuvieron que ver con las sensaciones con las que llegaba al choque el Manchester United. De hecho, si entre Pellistri y Eriksen hubieran estado acertados en una doble acción dentro del área pequeña, otra película se hubiera vivido en Múnich. Pero entre Davies y Ulreich lo evitaron.

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El conjunto de Ten Hag salió atrevido, tomando la iniciativa del juego, ante un Bayern perezoso. Tanto como la carrera de Leroy Sané a por un balón largo de Kane que todo el Allianz pensó que ellos sí llegaban. El extremo desistió a los 20 metros y se llevó el abucheo de su propio público. Gritos que se convirtieron en aplausos minutos después, en una acción que iba a dar un giro de 180 grados al partido.

Una pared entre Sané y Kane terminó con un remate sin apenas peligro del alemán pero que Onana no supo atrapar. El arquero del United cometió un error garrafal que desató la tormenta bávara. Apenas cinco minutos después llegó el segundo tras una jugada de fe de Musiala y un óptimo remate de Gnabry.

Sin apenas forzar la máquina, el Bayern ganaba 2-0 ante un United que ahí sí se le notaron las flaquezas mentales de este inicio de temporada. Pero el fútbol a veces tiene estas cosas. Te castiga de más y luego te lo compensa. Que se lo digan a Hojlund, que en la primera jugada del segundo tiempo y con mucha fortuna por el rebote en la pierna de Min-Jae, recortaba distancias.

Eso sí, lo que te da, te lo puede quitar muy rápido. En tres minutos de hecho. Una mano de Eriksen dentro del área, vista por el VAR, acabó en penalti y el gol de Harry Kane para devolver el colchón de dos goles para los de Múnich. Y pudo ser peor, porque Sané mandó un balón a la madera inmediatamente después.

La fe de Casemiro puso el 3-2 en el 87’, cuando ya todo parecía perdido. Un rayo de sol que apagó la nueva perla del Bayern. Ojo con Mathys Tel. De nuevo Casemiro terminó maquillando el resultado con el 4-3 en la última jugada.