La Bundesliga tiene otro '9' de moda

"Las fuertes críticas que he recibido en el pasado en otros países me han motivado”, dijo a ‘O Jogo’ preguntado por el interés del Atlético. O lo que es lo mismo: no me quieras en las buenas después de haberme dado la patada en las malas. Un mensaje, sin escalas, para Sevilla y Milan.

André Silva nunca tuvo la culpa de explotar demasiado pronto, de que el club ‘rossonero’ se volviera loco por un joven atacante de solo 19 años. La factoría Mendes ayudaría, supongo. El caso es que tras anotar 21 goles en una histórica temporada con el Oporto, el Milan se sacó la chequera y desembolsó 38 millones de euros. Un fichaje más provechoso para Mendes que para cualquiera de las partes.

En el Milan jamás llegó al nivel mostrado en suelo luso, así que los ‘rossoneri’ lo fueron cediendo por donde pudiendo, buscando hacer lo imposible para recuperar una pizca de lo que fue y costó. Sevilla fue la primera cesión. Para olvidar aquel año, donde terminó acusado de ‘borrarse’ de los últimos partidos por una misteriosa lesión en la rodilla.                                                                                         

Explosión en Alemania

Luego llegó el Eintracht. Un paso atrás en su carrera... Quién sabe si para dar dos adelante. André Silva firmó una cesión por dos años con las águilas, aunque al término del primer curso los clubes se sentaron a negociar un traspaso definitivo. El luso llegaba a esta temporada ya como jugador del Eintracht a todas luces. Y lo de esta campaña está siendo para emmarcar.

Ya en la pasada ofreció un rendimiento más que notable, logrando acabar el curso con 16 goles y cinco asistencias. Pero ahora está al nivel de delanteros de la talla de Haaland, al que supera, por cierto, en número de goles en la Bundesliga. Ahí queda eso. El luso, en los 21 partidos que ha disputado en la liga alemana, ha anotado 19 goles por los 17 del ariete noruego. Si miramos en todas las competiciones, es decir, sumando la DFB Pokal, André Silva lleva 20 tantos en 23 partidos.

Jovic, al banquillo

Unos números que han impedido, por ejemplo, ver en un primer plano a Jovic, hijo pródigo y recién regresado al club donde se hizo un nombre. Ya lo dijo Adi Hütter, técnico del Eintracht, cuando le preguntaron por qué el serbio, cedido por el Madrid, no tenía tanto protagonismo: “Luka es un delantero de clase mundial porque tiene habilidades extraordinarias. No lo estoy dejando en el banquillo porque quiero”.

La única razón se llama André Silva. Hütter quiere jugar con un solo ‘9’ y un mediapunta, y ahora mismo el luso está como para quitarlo del once. A los 25 años, ha encontrado la madurez que tanto ansiaba. Algún que otro club se estará tirando de los pelos. Igual por Milán...