Ziganda, abrumado por el peso de la alargada sombra de Valverde
X. Serrano
Las comparaciones son odiosas. Más aún cuando tu predecesor deja el listón por las nubes y a ti todo te sale del revés. Ernesto Valverde partió de Lezama por la puerta grande. Se marchó al Barça, en busca de nuevos retos, pero en el Athletic todos le querían. No era para menos.
En sus cuatro temporadas en el banquillo de San Mamés, el ‘txingurri’ logró que su equipo se clasificara cada año para compertir en Europa. Cuarto, séptimo, quinto y séptimo de nuevo, el Athletic de Valverde era un equipo competitivo. En su currículum está también la final de Copa de 2015, ganada por el Barça.
La afición rojiblanca se acostumbró a ver a sus equipos jugar competiciones continentales, a tratar de tú a tú a los grandes de la competición doméstica. Un año después de la salida de Valverde, sin embargo, la situación es muy distinta.
La eliminación de la Europa League por parte del Olympique de Marsella (2-5 en el global de la eliminatoria) fue la puntilla para un equipo irregular que no ha sido capaz de gustarse ni ilusionar a su afición en toda la temporada. A Ziganda le critican por practicar un fútbol demasiado defensivo, más aún en comparación con el juego asociativo que caracteriza a Valverde.
Lo peor es que los resultados no acompañan. El Athletic se encuentra decimosegundo, a ocho puntos de Europa. De acabar así, este sería el peor registro desde la temporada 2012-13, última de Marcelo Bielsa y año anterior a la llegada del ‘txingurri’ a San Mamés.
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