Subidón para empezar el año

El Barça ya está aquí. A un punto del Atlético. A un punto de la Champions. A tres del tercer puesto. En Son Moix se imponía ganar más allá del cómo y se ganó sufriendo como nunca en una jornada casi redonda.

La victoria tuvo dos héroes inesperados: un descarte, Luuk de Jong, y un portero inmerso en una crisis de confianza, Ter Stegen. Lo disfrutó Xavi, que reconoció estar emocionado con el compromiso del equipo en un partido con 16 bajas. 

En sus primeros partidos en el banquillo se le atribuyó flor. Salvó algunas situaciones límite con algo de fortuna, pero desde entonces rema a contracorriente.

La vida de este Barça es lo que pasa mientras Xavi fantasea con el mejor once. Hasta ahora, entre lesiones y covid, está siendo imposible verlo. 

En Son Moix, con 16 bajas y una mezcla de primer equipo y filial, el Barça sobrevivió. Fue un equipo que incluyó descartes como Luuk de Jong, juveniles como Ilias y algunos inventos como Araujo de lateral izquierdo. Y, pese a todo, el Barça fue reconocible y exprimió a un jugador al que solo se creyó Koeman.

Sí, el delantero cedido por el Sevilla, el mismo que tiene un pie y medio fuera del club, adelantó al equipo con un cabezazo. Antes, envió dos balones a la madera, el segundo tras una acrobacia que Van Basten convirtió en marca registrada.

La secuencia del gol (centró de Mingueza y remate de Luuk), con dos de los jugadores más criticados, fue otra ironía de un partido atípico.

El partido sirvió para confirmar que Nico será importante en 2022 y que este sigue sin ser el equipo de Frenkie de Jong, incluso cuando no está Busquets. También que Riqui Puig ha perdido atrevimiento pero ha ganado poso en el juego. Y que la pareja Piqué-Eric es el mejor punto de partida para construir el Barça que quiere Xavi. En ellos el equipo encuentra siempre soluciones cuando más quema el balón. 

Necesitaba el Barça la victoria para engancharse a la zona de Champions. Más aún tras los tropiezos del Madrid, el Betis y el Rayo. Pero sobre todo para poder reconstruir con la moral que dan las victorias. En Son Moix dio un primer paso. Un triunfo que puede ser un punto de inflexión.