¿Qué fue de Ferran Olivella? El maestro que nunca levantaba la voz

Olivella fue profesor durante 34 años

Olivella fue profesor durante 34 años / Sport

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Escucharlo hablar de su época como profesor de Educación Física es evocar la figura del maestro de toda la vida y recordar al personaje que interpretaba Fernando Fernán-Gómez en ‘La lengua de las mariposas’.

Ferran Olivella, es cierto, no enseñó en un remoto pueblo gallego ni mucho menos en plena Guerra Civil, como en la película, pero aún hoy, a sus 81 años, mantiene esa serenidad que solo transmiten los sabios y los que han arrancado muchas hojas del calendario. 

one-club man

Fue jugador del Barça entre 1956 y 1969, capitán del equipo blaugrana y de la selección española que conquistó el campeonato de Europa en 1964. Su único club fue el Barça, circunstancia que lleva con orgullo porque nunca le picó la curiosidad de jugar en otro equipo y cuando le llegó la hora de colgar las botas, lo hizo con naturalidad, sabedor de que ya había vivido de todo como jugador. “Creo que me tocó viajar por todo el mundo, salvo la India y Moscú”, recuerda.

un culé de cuna

Natural del barrio del Poble Sec, futbolista precoz (con 16 años formó parte de la selección española que ganó el campeonato de Europa juvenil en 1952) y culé de cuna (su padre le llevaba al campo de Les Corts), Olivella presume de ser el socio “tres mil y poco” del Barça y sobre todo, de la seriedad con la que siempre enfocó su profesión. “Nunca me expulsaron de un campo, y eso vale mucho más que otras cosas”, explica con voz firme.

Por eso fue capitán desde muy joven. “A veces había alguno que hacía alguna tontería y había que cantarle las cuarenta. Yo siempre he sido una persona muy seria, y creo que para según qué cosas, la seriedad siempre hay que tenerla. Cuando algún compañero se comportaba como no debía, se lo decía, pero eso sí, siempre en privado”.

Así forjó su fama de persona recta y noble, como si su paso por el Barça fuese un aprendizaje para la vocación que llegó en 1969, al dejar el fútbol. 

de futbolista a profesor

Le ofrecieron ser profesor en el colegio Viaró de Sant Cugat y aceptó. “Me tuve que sacar el título de entrenador para dar clases de Educación Física”. No necesitó un curso de Pedagogía ni la carrera de Magisterio para impartir clases durante 34 años y convertirse en un referente para varias generaciones.

Muchos padres me venían a decir, ‘es que mi hijo se porta fatal en casa, no obedece, pero en cambio a usted le hace caso solo con una mirada’. Yo creo que todo venía de lo que me habían enseñado mis padres, lo primero y por encima de todo, a no decir nunca mentiras, y también a lo que viví como jugador del Barça”. 

Por enseñar, enseñaba incluso a hablar, aunque lo suyo era la educación física, no la lengua. “Si algún alumno se pasaba con los tacos, lo paraba rápido”, explica sonriente.

En ese mismo colegio enseñó durante varios años José Manuel Abascal, primer medallista del atletismo español en pruebas de pista. 

vecino de messi

Cuando su hija le pidió que lo dejase, simplemente se jubiló para disfrutar de la vida en su casa de Castelldefels, muy cerca de donde vive Messi. “Cuando él llegó al Barça yo era directivo, y recuerdo que estaba frustrado, no sabía qué iba a pasar con él, le animábamos y le decíamos que siguiera peleando… ahora hace mucho tiempo que no lo veo”. 

el gran apoyo de su vida

Ahora Olivella lleva una vida tranquila: suele ir al Camp Nou, cuida el jardín y se reúne de vez en cuando con los jugadores de su época. La salud le respeta, entre otras cosas porque “nunca me enfadé con nadie” y siempre se cuidó mucho, ayudado por el gran apoyo de su vida, su mujer Carmen.

“Nos conocimos en el colegio: ella también fue deportista, practicó natación sincronizada en una época en la que la mujer estaba condenada a vivir en segundo plano, y sabía lo importante que era cuidarse. Siempre se preocupó porque me fuesen bien las cosas, por ejemplo si algún día quería tomar una copa de vino me decía, ‘de eso nada, que mañana hay un partido importante y quiero que seas de los mejores”. 

Carmen falleció hace dos años y Olivella la echa de menos a diario. “Su pérdida fue el dolor más grande que he conocido porque con ella fui muy feliz”, lamenta.